Estefanía Antonio

“Piensan que lo que decimos no tiene ningún argumento científico, pero entonces les pedimos que hagan las debidas investigaciones”, señaló el Ingeniero Bernabé Enríquez, representante del colectivo Frente Por la Vida, quien, en la Legislatura Mexiquense, denunció las violaciones al derecho al acceso del agua que existen en la zona norte y centro del Estado de México a causa de las bombas antigranizo que la empresa Bionatur dispersa por los campos mexiquenses.

En el Foro "Los Derechos del Agua”, promovido por el diputado Max Agustín Correa Hernández, del Grupo Parlamentario de Morena, el activista expuso la incansable lucha que las y los campesinos han realizado desde el año 2007, fecha en la que iniciaron a percatarse que la empresa Bionatur modifica a su favor los ciclos naturales del clima.

El activista explicó que fue a partir del 2007 cuando se empezaron a hacer algunas movilizaciones y en el 2009, con la presencia de autoridades municipales de Ixtlahuaca, del Gobierno del Estado de México y representantes de Bionatur, se acordó que la empresa dejaría de usar los artefactos que inhiben la formación de nubes, permitiendo así, el ciclo natural de la lluvia.

“Para esto, se desmontaron las bombas antigranizo que ya se tenían instaladas, todo esto en presencia de la población que protestaba, pero de todos modos se dejaron resguardadas en la misma empresa”, explicó.

Sin embargo, tiempo después las y los campesinos detectaron el pasar de avionetas que parecían dispersar las nubes y poco a poco de empezó a detectar que el ciclo de las lluvias se modificaba: “esto era muy curioso, o sea, definitivamente tenían que sustituir la utilización de bombas con algo diferente y que no fuera tan perceptible”, apuntó Bernabé Enríquez.

El tiempo transcurrió y nuevamente, a causa de todos los problemas que la falta de lluvia provoca a la producción en el campo, iniciaron protestas de campesinos y población en general en el año 2016, pues con cada ciclo agrícola se daban cuenta que las avionetas seguían pasando y desaparecían misteriosamente las nubes.

“A Bionatur se le hizo una solicitud el 25 de julio de 2020, a través de una carta que se le entregó de manera directa señalando su violación al acuerdo sobre la no utilización de instrumentos ajenos para la alteración del ciclo natural de la lluvia, pero ignoraron el señalamiento”, recordó Bernabé Enríquez.

La travesía en defensa de la lluvia

A principios del mes de julio del año 2020, los integrantes del colectivo Frente Por la Vida, campesinos y ciudadanía en general decidieron hacer varias denuncias empezando con la exposición del tema a través de una carta dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador, misma que fue acompañada por varias firmas de la región, incluyendo las de los representantes ejidales.

En esta denuncia se planteó el cierre de la empresa y su retiro de la región, así como también que se hagan las debidas investigaciones sobre las bombas antigranizo y además, se revisara que, para el uso de energías limpias, no se usen métodos que cambien el clima “porque ya habíamos detectado que Bionatur también tiene acciones en la producción de energía eléctrica con paneles solares”.

En el mismo documento se solicitó la reparación del daño causado por la empresa a campesinos de la región porque la disminución de la producción ha sido una constante cada año e incluso ha causado pérdidas económicas y materiales, promoviendo así problemas sociales en toda la región de municipios como Jocotitlán, Ixtlahuaca, Atlacomulco, entre otros.

“La empresa ha amenazado a compañeros defensores del medio ambiente”, expuso Bernabé Enríquez, quien también recordó que pidieron apoyo de los presidentes de los municipios afectados para exigir la intervención de las autoridades estatales, pero ninguno aceptó la propuesta.

En el 2020, con la ayuda de la diputada morenista María Guadalupe Edith Castañeda, se realizó una solicitud de auditoría a la empresa Bionatur porque “a estas fechas no sabemos, ellos dicen que son 100% orgánico, pero no lo han demostrado”; sin embargo, tampoco procedió.

En esa misma fecha se solicitó a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario que se realizaran estudios al suelo por el bombardeo de las nubes y uso de plaguicidas y, como si se tratase de un primer logro, se realizó, no obstante, pasó el tiempo y nunca se recibieron los resultados.

“Acompañamos a los que hicieron el levantamiento, pero nunca nos entregaron los resultados de los estudios”.

Tiempo después, el 29 de julio de 2020, se entregó un documento al gobernador Alfredo del Mazo Maza en la que se explican las afectaciones sociales y medioambientales y, por tanto, se solicitó el cierre de la empresa Bionatur, pero tampoco ha procedido.

“Como vimos que no nos hacen caso, este año (2022) acudimos a la Comisión de Derechos Humanos y solicitamos su intervención porque consideramos que el acceso al agua es un derecho humano”, puntualizó Bernabé Enríquez.

A partir de entonces han tenido una serie de reuniones con el gobierno federal y del estado, sin embrago, no han tenido respuestas favorables por lo que esperan que el diputado Max Correa pueda meter una iniciativa de ley para que se considere que los artefactos de uso que afecta el ciclo natural de lluvias, esté prohibido.

Al respecto, Max Correa, quien preside la Comisión de Asuntos Metropolitanos, enfatizó que la crisis del agua obliga a generar un marco jurídico que mitigue y resuelva el problema a corto, mediano y largo plazo, por lo que adelantó que se realizará un segundo foro al que se invitará a las y los alcaldes, las y los diputados locales y a los gobiernos estatal y federal y de la Ciudad de México.

Dijo que las propuestas y demandas recabadas en este primer foro se integrarán a un exhorto y posibles modificaciones legales, además de subrayar la necesidad de solicitar al Ejecutivo estatal la revisión de las normas que regulan los dispositivos tecnológicos que modifican el proceso de lluvias y afectan a los productores.

Contextualizando a Bionatur

La industria Bionatur se estableció en los terrenos pertenecientes a industrias Pastejé en el 2000 con invernaderos para la producción principalmente de jitomate para exportación y, según denuncia el colectivo Frente Por la Vida, desde el inicio de su operación ocuparon bombas antigranizo para dispersar las nubes.

(Foto: captura de pantalla/ Especial Portal