2022-10-08-tradicional-dulce-de-alfenique

Rocío González, una artesana constructora de la dulce tradición del alfeñique

Vanessa Baez

Al llegar octubre, las calles y pasillos de los Portales de Toluca se pintan de colores con la tradicional Feria del Alfeñique que alberga a decenas de productores, artesanos y vendedores de dulces, calaveritas y figuras de azúcar típicas de la región.

En un recorrido por los coloridos puestos, conocimos a Rocío González, artesana y productora del tradicional dulce de alfeñique de Toluca, quien compartió con Portal la importancia del detallado proceso de elaboración de este místico y trascendente dulce que no puede faltar en las ofrendas toluqueñas.

Rocío tiene 28 años elaborando figuras de alfeñique, su historia con esta tradición comenzó cuando llegó a residir a Toluca desde, lo era entonces, el Distrito Federal. Inicialmente, cuando comenzó a vender en la zona, la feria ocupaba solamente dos partes de los Portales: la calle de Hidalgo y el pasaje Constitución.

En los últimos años la tradición ha crecido por el gran recibimiento que las y los toluqueños, así como turistas que llegan a visitar la feria de diversos lugares, le han dado al comercio de estos dulces de Día de Muertos. Sin embargo, tras la pandemia por Covid-19, también se han enfrentado como productores a obstáculos como el incremento de los precios de la materia prima hasta en un doscientos por ciento.

“El cariño al trabajo artesanal”

El proceso de la elaboración del dulce del alfeñique, que se realiza con azúcar glass, comienza en la temporada cálida de los meses de abril y mayo para evitar la humedad. Aproximadamente, Rocío llega a elaborar de 1,500 a 2 mil piezas de alfeñique entre puerquitos, venaditos y terneros desde los tres hasta los cuarenta centímetros.

“Es un proceso muy largo porque ese dulce se trabaja básicamente en la época de calor, ya que en la época de lluvias afecta un poco, entonces entre abril y mayo se comienza a trabajar para que la temperatura no lo dañe, es un dulce delicado”, comentó Rocío.

El detalle, tiempo y dedicación que requiere la elaboración del alfeñique hace que poco a poco las personas dejen de fabricarlo, sobre todo porque las nuevas generaciones de artesanos no se interesan mucho en aprender la técnica y optan por producir y vender calaveritas de chocolate.

“Definitivamente hay menos dulce de alfeñique en los puestos, nosotros como artesanos debemos de cuidar que no se pierda la tradición; (...) definitivamente las personas que trabajamos el dulce de alfeñique y la calavera de azúcar ya somos pocas y esto es porque de los más jóvenes pocos son los que se interesan en conocer las técnicas y seguir manteniendo la tradición.”

“Un paso al más allá”

En su relato, Rocío afirma que las figuras de alfeñique representan el alimento, ya que a nuestros ancestros les enterraban desde el tiempo de los aztecas con vasijas, comida y, en ocasiones, con el animal que iba abriendo paso al más allá y guiando rumbo al buen camino del descanso eterno.

Anteriormente se hacían piezas de todo tipo de animales, pero de pronto al no haber quien fabrique los moldes, se van rompiendo. Entre los moldes que más se conservan y se convirtieron de los más comunes están el puerquito, el venadito y el carnerito que son los animales que nos va a hacer cruzar al otro lado y representan parte de la comida; contó Rocío, quien se encuentra vendiendo en el local número 80.

(Foto: Ivan Joatzay)


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