Ivan Joatzay
50 (o Dos Ballenas Azules se Encuentran en la Playa): una visibilización de la ruptura emocional
Con su opera prima en el mundo cinematográfico, Jorge Cuchí trae al repertorio de películas mexicanas: ’50 (o Dos Ballenas Azules se Encuentran en la Playa)’, una historia inspirada en la realidad de un México en 2017, donde jóvenes de todo el país se viralizaron por cumplir “El Reto de la Ballena Azul”, para hablar sobre la depresión y la pre disponibilidad al suicidio como un tema trascendente y de empatía al cual prestar atención y comprender aún hoy en día.
’50 (o Dos Ballenas Azules se Encuentran en la Playa)’ cuenta la historia de Félix (José Antonio Toledano) y Elisa (Karla Coronado), dos jóvenes de 17 años que han perdido el sentido e interés por la vida e, inmiscuyéndose en el conocido reto de ascendencia rusa, aceptan cumplir 50 desafíos por 50 días con el imprescindible destino de quitarse la vida en el último reto. En el camino, la pareja de jóvenes se conoce, se enamora y explora las emociones de un camino predispuesto al suicidio a través de sus propios mundos.
¿Qué es El Reto de la Ballena Azul?
Para hablar de esta historia y su trascendencia en la actualidad, es importante conocer o recordar la realidad que inspiró la obra de Cuchí. Desde 2016, en todo el mundo comenzó a viralizarse un reto creado por el grupo ‘F57’, un grupo virtual ruso que creó una dinámica donde un conjunto de administradores comenzó a otorgar retos diarios (subiendo el nivel de intensidad consecutivamente) a participantes del juego con el fin de desafiarlos a atentar contra su vida en busca de explotar las emociones de adrenalina y, a su paso, “limpiar la sociedad” de personas “inútiles” con el suicidio, como lo definió su creador en su tiempo.
El juego, aunque fue creado en 2013, se viralizó en 2016 a lo largo de los países occidentales y llegó a México, en 2017, como una tendencia de redes sociales que incentivó el suicidio en los jóvenes. La idea de la película de Cuchí surge en ese año de apogeo, cuando el joven cineasta conoció los casos de riesgo del juego ruso a través de los medios y, a partir de ahí, decidió explorar el trasfondo emocional y crítico que conlleva ser una ballena azul.
Dos ballenas de reconocimiento
Con un guion completamente estructurado a través de la empatía hacia el estado emocional que atraviesan las personas con intención al suicidio, “50, o Dos Ballenas Azules” cuenta una historia que busca dimensionar el peso de la depresión, la baja autoestima y la falta de cariño como una realidad tangible a la que las personas se pueden enfrentar en el día a día. La película, escrita y dirigida por Cuchí, es un retrato sacado de la realidad que se vivió en México, a partir de la ficción, para encontrar una mejor perspectiva sobre nuestro mundo social de hoy en día.
Con personajes tridimensionales, pero no completamente explorados, la película de las ballenas presenta a Elisa y Félix como las dos guías misteriosas que introducen al espectador en un sentido de depresión y perdida realista que, conforme va avanzando a historia, explora muchas más capas de los jóvenes ante la soledad, la violencia familiar, el rechazo social y el inexpertis de la vida.
La historia, ya galardonada en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) en 2019, destaca por ser una película completa que se nutre a partir del psicosis de sus personajes y el contexto social que estructuran: dos familias mexicanas promedio que han atravesado por momentos de pérdida, carencias o desacuerdos fuertes que, renuentemente, han afectado el estado emocional de los dos jóvenes.
Logrando un éxito emocional con su temática, la historia de Cuchí se convierte en el reflejo que es no solo por su historia, sino, por el desempeño de sus protagonistas: Karla Coronado y José Antonio Toledano, dos jóvenes que manifiestan el compromiso actoral para inmiscuir no solo en el estatus mental que conlleva al suicidio, sino, en la caracterización fisiológica de cumplir los retos vistos en pantalla de una manera 100 por ciento autentica y que, poco a poco, ayudan a explorar una complejidad emocional destacable en dos personajes que, siendo honestos, resultan ser completamente humanos y emotivos con el espectador a pesar de atravesar un contexto de violencia.
Con imágenes tangibles y crudas sobre el dañarse a sí mismo a través de cortes en la piel, vivir la adrenalina en grandes alturas o atentar en contra de la vida de los demás con el uso de armas, “50, o dos ballenas” presenta a Félix y Elisa como dos jóvenes emocionales y complejos que poco a poco van escalando su sentir de pérdida o tristeza y que no necesariamente llegamos a comprender (o conocer) por completo. Dos jóvenes rotos y marcados por las decepciones que han experimentado en sus vidas, pero que, a la vez, y por más idóneo que suene, sí se encuentran en el momento exacto para perderse juntos.
Hablando de temas psicológicos profundos, la película llega como una sorpresa bien estructurada y aterrizada que no se limita a nada para lo que tiene que contar. Con un discurso agresivo y serio sobre las emociones que pueden atravesar los jóvenes en depresión, la travesía de las dos ballenas habla de lugares psicológicos bajos sin ser complaciente o emitir un juicio propio, sino que, a través de su guion, busca retratar la situación y emociones de Elisa y Félix para abrir una oportunidad de discusión sobre el estatus mental previo al suicidio entre el público.
Con una narrativa dinámica, la historia los jóvenes juega con elementos que constantemente proponen cosas nuevas y emociones crudas que hacen que te intereses más por este trayecto emocional, sin embargo, en un intento de dar peso por igual a Félix y Elisa, la dirección de Cuchí juega con elementos poco ortodoxos para mostrar la vida de ambos jóvenes en mismo tiempo y pantalla y, aunque muestra una narrativa interesante, puede ser disruptiva y difusa para quien sea que este viendo dos historias en la pantalla al mismo momento.
La película del director mexicano logra ser un éxito rotundo respecto al mensaje que estructura a través de muchos elementos visuales, narrativos y actorales, pero es de destacar que esta se convierte en una experiencia inmersiva a ese pesar emocional vivo en toda la historia a través de su fotografía. Con una imagen inestable, oscura y fría (y que en ocasiones no es muy bella o clara estéticamente) te acerca a las emociones y tonalidad de los mundos de Elisa y Félix por todo su trayecto.
’50 (o Dos Ballenas Azules se Encuentran en la Playa)’ es una historia imprescindible para acercarte más al sentir de los que te rodean y conocer un poco más sobre el estatus mental al que se enfrentan las personas con depresión. La historia es creada a través de la sensibilidad y la escucha en la identidad y el estado emocional de las personas con impulsos de suicidio, sin embargo, es evidente que no es una película apta para todo público y requiere tanto de una mentalidad abierta a las problemáticas mentales, como de un estomago fuerte para procesar todas las imágenes y sucesos vistos en pantalla.
La historia de las ballenas llega como una opción para la reflexión, encontrar los síntomas, reconocer la necesidad de ayuda o explorar la metodología de acercamiento y apoyo a estas sensaciones de miedo y pérdida de propósito que podemos encontrar en personas de nuestra realidad ocasionalmente.
(Foto: catatonia)
Categoría: Nacional |
Etiquetas:
No hay etiquetas asociadas a éste artículo. |
Vistas: 69 |