Arte poética
Un poema que sea un tratado de botánica
sin necesidad de contener el nombre de ninguna planta.
***
El poeta tiene un enemigo imaginario de la infancia
llamado Reconocimiento
y cada vez que aparece una idea
para escribir un poema
viene enseguida el Reconocimiento
y rechaza toda la cosa
no tiene sentido
es todo muy aburrido
¿a quién le va a gustar?
hasta que el poeta desiste
y piensa en un poema más serio
una sextina
un gran tema
una nueva épica
pero el Reconocimiento se burla
se carcajea de la grandilocuencia
y el poeta le da la razón
pero hace que frunza el ceño
y va a tomar otro café.
***
Salió en el periódico: Christie’s va a subastar
el arma
la vieja Lefaucheux
con que Verlaine le dio a Rimbaud
cuando rompieron en Bruselas.
Está en todas partes
alguien va poder comprar
la vieja pistola
llenar de pólvora
y meter bala en quien guste
en Bruselas,
anywhere.
***
El poeta se va a atrasar para un compromiso importante
él sabe que es realmente importante
sabe que el atraso será mal visto
pero sabe que es inevitable
porque los poetas acostumbran atrasarse para compromisos importantes
el poeta aprieta el paso
el poeta camina seguro
el poeta ni siquiera mira a los lados
el poeta necesita evitar distracciones
necesita atrasarse menos para un compromiso importante
ansioso, el poeta pierde el camino
aunque no lo perdiera, llegaría atrasado
el poeta hasta intentó anticiparse
dejó todo listo
salió de casa más temprano
estudió el mejor camino
no es su estilo atrasarse
pero sabe que los compromisos importantes suponen dichas fatalidades
y con él no sería diferente
al menos esta vez
a veces le ocurre al poeta no atrasarse
a veces el poeta hasta necesita esperar por el compromiso
pero los compromisos que se atrasan más que el poeta generalmente no son importantes
este es un compromiso importante
es una fatalidad, piensa el poeta, pero él va a llegar, pronto va a llegar, todos saben
en el fondo, aunque antes de que tuviera el compromiso, el poeta ya sabía que iría a atrasarse
hasta el compromiso importante ya debía esperar por el atraso del poeta.
Mi suicidio
Mi suicidio fue en un hotel cinco estrellas en Venecia.
Me aseguré de cruzar el Atlántico para morir con glamour.
Mi suicidio fue después de un desayuno de dioses
en un lugar donde jamás podría pagar el precio.
Mi suicidio fue saltando de una azotea gourmet
después de romper la puerta e incendiar todas las fotografías de los intelectuales.
Mi suicidio fue chocando un Ferrari robado a 250 por hora
en el muro de una asociación de protección a los privilegiados.
Mi suicidio fue ahorcándome dramáticamente con un cinturón
después de recitar un poema revolucionario.
Mi suicidio fue como hombre bomba
explotando una votación vergonzosa en el Congreso Nacional.
Mi suicidio detuvo la Avenida Paulista, pero los paseantes
pensaron que era una manifestación por la intervención militar.
Mi suicidio pasó primero en un sueño,
después meticulosamente en la vida real.
Mi suicidio fue precedido de una oración.
Sólo Dios sabe lo que un suicida ateo puede encontrar del lado de allá.
Mi suicidio sucedió un vuelo libre sobre un monumento moderno.
Algunos niños preguntaron si yo era un pájaro.
Mi suicidio despedazó mi corazón.
La mugre aún debe estar siendo limpiada por alguien designado.
Mi suicidio fue gritando como un carnero desesperado
mientras los espectadores comentaban que yo podría haber sido alguien mejor.
Mi suicidio es despertar todos los días para cumplir mi lugar en el engranaje.
Mi suicidio está en cada palabra, en cada gesto, en cualquier parte.
Mi suicidio es este poema.
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Cesare Rodrigues (São João da Boa Vista, 1984). Es autor de caso fossem ursos (2016), por um detalhe na organização dos átomos (2018) y O maior caubói do mundo & outros gigantes (2022).
Sergio Ernesto Ríos (Toluca, 1981). Es director de Grafógrafxs, revista de literatura de la Universidad Autónoma del Estado de México y secretario del Centro Toluqueño de Escritores. Publicó Larga oda a la salvación de Osvaldo (UANL, 2019), en coautoría con Minerva Reynosa; El ganador del primer premio del centro de estudios interplanetarios (Periferia de escribidores forasteros, 2019); máquina portadora de cabezas (edición digital, 2018); Quienquiera que seas (FOEM, 2015); Brazuca (Palacio de la fatalidad, 2015); Obras cumbres (Bongobooks, 2014); La czarigüeya escribe (Editorial Analfabeta, 2014), en coautoría con Diana Garza Islas; Muerte del dandysmo a quemarropa (UANL, 2012), y Mi nombre de guerra es Albión (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010).
Tradujo del portugués copia_de_seguridad_3.1 (Grafógrafxs, 2021), de Érica Zíngano, Una confesión en la boca de la noche, de Danilo Bueno (Grafógrafxs, 2021); Boa sorte, 7 poetas brasileñas (Grafógrafxs, 2020); Apocalipsis sustentable & otros poemas (Grafógrafxs, 2022) y Bruno Brum a ritmo de aventura, de Bruno Brum (Palacio de la fatalidad, 2017); Droguería de éter y de sombra, de Luís Aranha (Palacio de la Fatalidad, 2014); Oda a Fernando Pessoa (Palacio de la Fatalidad, 2017), Paranoia (Palacio de la Fatalidad, 2013) y Voy a moler tu cerebro (Red de los poetas salvajes, 2010), de Roberto Piva; y la antología de poetas brasileños nacidos en los ochentas Escuela Brasileña de Antropofagia (Kodama Cartonera, 2011). Tradujo del inglés, con Diana Garza Islas, Una noche, senté a Donald J. Trump en mis rodillas/Y otras teorías estéticas del siglo XXI (Oficina Perambulante y Palacio de la Fatalidad, 2017), a partir de un ejercicio de Chris Rodley.
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