Leobardo Hernández

Pese a las posturas abiertamente en defensa de intereses empresariales manifestadas por los senadores del PAN, PRI y PRD, el senado de la república aprobó la reforma a la Ley Minera propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador con 87 votos a favor, 20 en contra y 16 abstenciones.

Uno de los argumentos más recurrentes por parte de los senadores de oposición fue el hecho de que la ley contempla de facto que los recursos naturales ya pertenecen al país; no obstante, los senadores de la 4T reviraron aludiendo a la clara acción en los sexenios del PRI y del PAN otorgando concesiones indiscriminadamente a empresas mineras nacionales y extranjeras en detrimento de la explotación de los recursos a favor del país, así como los resultados devastadores el ambiente.

A su vez, senadoras y senadores del Partido Acción Nacional argumentaron que México no tiene las capacidades técnicas para la explotación de este mineral, por lo que sería, desde su punto de vista, más rentable conceder el aprovechamiento del “oro blanco” a las empresas extranjeras. En este sentido, la senadora Xóchitl Gálvez llamó “fiasco” a los ventiladores desarrollados por el Conacyt para atender hospitalización de Covid-19 y el desarrollo de la vacuna Patria, como ejemplo de su premisa.

En este punto discreparon nuevamente los senadores morenistas, quienes se pronunciaron por el desarrollo tecnológico de México para extraer el litio a partir de la investigación en universidades del estado como la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional.

Con la aprobación de esta reforma, se abre paso a la constitución de una empresa de estado para administrar el litio nacional desde el interés público; sin embargo, la senadora Citaly Hernández, de Morena, puntualizó que no se cierran las puertas a la inversión extranjera; no obstante, refrendó que esta puede colaborar con el gobierno mexicano sin abusar ni tener ganancias estratosféricas, como tendrían con una concesión al estilo Calderón.

(Foto: senado)