Por Claudia Elisa López Miranda y Gabriela Alejandra López Miranda, fundadoras del Círculo Feminista Alaíde Foppa
¿Por qué visibilizar, prevenir y erradicar las violencias de género es un reto de tan enormes dimensiones? habremos de preguntarnos cómo se explica que, pese a los importantes pasos que hemos dado hacia delante en materia de derechos humanos de las mujeres, la violencia contra ellas sigue siendo un fenómeno cotidiano y una profunda herida para la sociedad.
Olivares e Incháustegui (2011) nos acercan algunas herramientas para responder estas preguntas, se trata del "Enfoque ecológico para la atención a la violencia" propuesto por Heise (1994) y plantea que las personas estamos inmersas en una multiplicidad de relaciones, individuales, familiares, comunitarias, sociales, en las que se manifiestan diversos tipos de violencia, la Organización Mundial de la Salud retoma este enfoque y propone cinco formas de abordaje de las relaciones, condiciones y actores que influyen en la violencia de género.
- Microsocial, donde se identifican dos planos, el individual y el mesosocial, en el primero podemos contar la autoestima baja, la dependencia, la falta de afecto como condiciones propicias para la violencia. Respecto al mesosocial los conflictos conyugales o los ambientes familiares violentos pueden encontrarse en la base de la violencia de género.
- Mesosocial. se exploran los contextos comunitarios en donde se desarrollan los individuos y las familias, así como las relaciones sociales que se establecen en los vecindarios, el barrio, los ambientes escolares y laborales más próximos. Los defensores del origen sociocultural de la violencia afirman que los comportamientos agresivos se encuentran institucionalizados, es decir, asentados en valores y prácticas que los dotan de justificación y aceptación.
- Macrosocial, se reúnen los factores de carácter más general, relativos a la estructura de la sociedad. Por ejemplo la impunidad; la posibilidad de adquirir armas fácilmente; la cultura de la ilegalidad, etc.
- Histórico, corresponde al momento histórico en el que se ejecuta el acto de violencia. Aquí se toman en cuenta las posibles motivaciones epocales de las personas.
Esta propuesta, afirmarn Olivares e Incháustegui (2011), permite identificar y analizar cada uno de los elementos que operan en el fenómeno de la violencia de género y crear mecanismos para erradicarla que nos sean superficiales o deterministas, sino que tomen en cuenta la complejidad del fenómeno. La ruta indicada, según estas autoras es analizar las causas de la violencia, para de esa forma lograr una mirada holística en primer lugar y soluciones integrales en segundo.
Referencias Olivares Ferreto, Edith e Incháustegui Romero, Teresa (2011), “El enfoque ecológico para erradicar la violencia basada en el género”, en Modelo ecológico para una vida libre de violencia de género, México, SEGOB.
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