2022-03-11-lo-normal-es-tener-un-pastel-lo-normal-es-que-el-arte-sea-provocativo

“Lo normal es tener un pastel”, lo normal es que el arte sea provocativo

 Ximena Barragán 

Globos, fotografías, vino, refresco y un pastel; un fanzine como documento recolectadle de la experiencia y hasta “recuerditos” (que no son recuerditos, sino piezas artísticas) de cerámica; el evento al que asistí el 24 de febrero en la Escuela Superior de Fotografía Lumiere el 24 de febrero se sintió como una fiesta, una fiesta de arte, de comida, de afectos y de buenos amigos. 

Pero no era una fiesta, se trató de una inauguración, una que, como si me hiciera  parte del propio proyecto exhibido, logró en mí lo que, después entendí, era, precisamente el objetivo de las artistas: activar mi memoria. 

En la inauguración de “Lo normal es tener un pastel” (ensayo para digerir un archivo familiar), Vanessa, que me acompañaba, los demás asistentes y yo, definitivamente pudimos reconocer, repensar, revivir momentos importantes de nuestras infancias y, tal vez vida adulta: la anticipación por partir el pastel, la atracción visual a los globos, las fotografías , casi en sepia, con esas cualidades que se mantienen comunes, a pesar de las épocas: la comida, los vasos, el tío que no conocemos, los niños presentes pero ausentes. 

Una experiencia artística- cognitiva, en la que la palabra clave es precisamente “re-pensar” , re-plantear, cuestionar. Aunque todos los elementos nos llevaban precisamente a hacer este ejercicio, no lo teníamos claro, al menos yo no lo tenía muy claro, hasta que leí el texto curatorial: 

“ Para recordar se necesitan dos: quien tuvo la experiencia y la imagen que se construye con ese momento. Con los recuerdos de la infancia sucede distinto. Es una foto la que se nos inserta como memoria de algo que dicen que sucedió, pero de lo cual no tenemos experiencia, no tenemos una imagen propia” 

Es a partir de dicha noción que Yessica Díaz (artista plástica ) y Enero y Abril (fotógrafa) desarrollaron esta exposición - ensayo, cuya intención fue concebida hace 6 meses y desarrollada en una suerte de residencia conjunta en el estudio de Díaz, a partir de el intercambio de archivo fotográfico en el que las fiestas de cumpleaños era un elemento común. 

Con los antecedentes en fotografía y memoria de Enero y Abril y  en la relación comida-afectos-arte de Yessica Díaz, el resultado no es sólo una propuesta estética, sino un cuestionamiento casi filosófico, una provocación de reflexión, un primer evento para un proyecto con mucho potencial creativo y teórico. 

Desde ese día, el 24 de febrero en la sala de exposiciones de Lumiere, los asistentes tuvimos la oportunidad de participar el próximo producto inmediato, un nuevo número del fanzine que se presentó también esa tarde como complemento al proyecto: “Comida para rendir”. 

La dinámica -perfomance en la que nos involucramos, quienes así lo elegimos, era clara y, reitero, provocativa: “Instrucciones para obtener una rebanada de pastel: comparte con nosotras un recuerdo personal o una receta familiar relacionada a: Comida para hacer rendir, comida para curar, ritual de festejo”; que además de promover la participación en la creación artística, funcionaba como una forma de retribuir a la audiencia, así como una materialización del proceso cognitivo de la memoria “tomar una imagen, que es un fragmento de algo,  y digerirla hasta que se convierte en un fragmento de otra cosa”. 

Aunque la experiencia /concepto / celebración de la inauguración no podrá revivirse quienes estén interesados en conocer las piezas y arte-objetos complementarios pueden visitar la exposición hasta el 24 de abril. 


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Nacional
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