Ximena Barragán
“Gracias, Señor Presidente, Ximena Barragán, de Portal Diario”.
Cuántas veces ensayé y me imaginé diciendo esas palabras, no sabía si estaría lista, o si me trabaría con mi propio nombre cuando por fin tuviera que pronunciarlas con un micrófono ante cámaras de streaming, colegas, funcionarios de alto rango federal y el primer mandatario de la república.
Cada vez que estuve en el salón Benito Juárez de Palacio Nacional y salía sin haberlas dicho, sentía como si se me desinflara el globo del éxito profesional; me desilusioné, me frustré, me quejé; llegué a pensar que era personal, que yo no le caía bien al presidente (porque seguramente al titular del ejecutivo federal le sobra mind with para ubicarme y tener una opinión sobre mí).

Me rendí, decidimos era mejor que Leo, nuestro editor, probara suerte. Pero, por azares del (políticos) destino, el presidente eligió el Estado de México para empezar las reuniones de seguridad sabatinas con gobernadores, el 4 de diciembre vendría Santa María Rayón.
La siempre atenta Nohemí me mandó la liga de registro y la logística para que algún representante del medio asistiera, puesto que es el único día de descanso de Leo, y considerando que en las conferencias de prensa fuera de la capital, el presidente da prioridad a las periodistas locales, decidimos que sería prudente que yo asistiera.

Sabía que también convocaría el Gobierno del Estado, pero, obviamente, ellos no me iban a decir a mí. En Comunicación Social del Estado somos personas non gratas.
Me levanté temprano, a las 5:15 (un súper aliviane en comparación con las 2:15 a las que me levanto cuando hay que ir a Palacio), hice mi cardio y mi yoga. Joanna se ofreció a llevarme porque efectivamente el tema de la estacionada siempre es una presión extra.
Como siempre, me formé a esperar que los dieran acceso, pero ahora afuera de una zona militar. Al cabo de un rato, tomamos un camioncito que nos llevó a una “sala espera”, ahí ya estaban los medios “amigos” del GEM.
Pasamos a la carpa, tomé mi lugar, ormalmente estoy muy nerviosa a esas alturas del proceso; sin embargo, esta vez no fui víctima de los nervios.

Después de una cálida presentación por parte del presidente, que ya me puso un poco nerviosa pues yo iba ahí a “acusar” al gobernador, éste empezó el su exposición, muy preparado con diapositivas bonitas y todo, pero con datos desactualizados. La cifra real de feminicidios al 4 de diciembre de 2021 en el Estado de México es 120, no 118. En todo caso, una reducción del 3 por ciento en los primeros 10 meses del año, respecto al mismo período del mismo anterior: ningún motivo de celebración, ni de presunción.
Le siguió el Secretario de la Defensa, quien no mencionó el número de veces que ha visto a Alfredo del Mazo en las reuniones de seguridad (me puse más nerviosa, nadie quería exhibir a Del Mazo, ¿por qué?).

Cuando acabaron las intervenciones, en automático, levanté la mano (ya es reflejó) y -¡pum!- “tú”, dijo mientras me señalaba. Mi turno estaba designado tras la participación de una colega de medios nacionales.
Desde que entraron a la carpa y tomaron sus lugares en el presidium, el entendimiento y disposición entre ambos gobernantes fue claro. Pero esto no es noticia; el presidente se ha referido al priista de manera respetuosa y hasta afectuosa; Del Mazo, se manifiesta siempre muy en línea con el gobierno federal (ojalá sus amiguitos y subordinados tuvieran un poquito más de visión y fueran capaces de cachar mensajes entre líneas), siempre que se les ve juntos, se les nota contentos (como aquella vez que me quedó muy grabada cuando, en plena conmemoración del natalicio de Benito Juárez (figura referencia del presidente), era precisamente el mexiquense quien estaba a su derecha).

En este ambiente cordial ¿debía mantener mis preguntas para evidenciar la falta de acción de la Fiscalía por atender el problema de los feminicidios, en el estado que encabeza la lista nacional en este delito?, ¿estaba bien traer a colación todas las dudas y lo turbio del programa social estrella de este guapo gobernador? (independientemente de las posturas políticas y preferencias sexuales, cuando un señor es guapo y elegante, hay que reconocerlo)
“La compañera”, me señaló; no se le olvidó mi participación, no buscó a nadie más. Debo admitir que una parte de mi esperaba que, como en otras ocasiones, cediera ante la presión de todas las manos levantadas y diera la palabra a alguien más, alguien que no trajera preguntas para evidenciar la ineptitud (o más bien, falta de interés ) de uno de los favoritos del presidente que hoy estaba ahí en toda posibilidad de refutar y hacerme quedar en ridículo. Pero no, no fue así.

Revisé una vez más mis planteamientos, me cercioré de que el número real de feminicidios a la fecha fuera 120, si iba a corregir a alguien en transmisión nacional, tenía que estar segura. Y pues ya tenía el micrófono en la mano.
“Gracias Señor Presidente, Ximena Barragán, de Portal Diario”, qué orgullo, que sensación de accomplishment, qué bonito y qué fortuna qué Portal Diario me ha permitido estar aquí hoy. (Gracias Esteban Rivera, gracias Maricruz Castro Ricalde).
Sí me trabé, dije “sensibili… sensi… sensibilición”; no fui elocuente, pero traje a colación las observaciones que amnistía internacional ha hecho a la Fiscalía Central de Atención a Delitos Vinculados a la Violencia de Género por falta de recursos humanos y económicos; los ministerios públicos sobrecargados, la ineficiente, o nula, aplicación de mecanismos para investigación con perspectiva de género (esos que presumió en su presentación ejecutiva), la falta de visibilización del problema y la no sensibilización del personal.

El presidente, y la secretaria de Seguridad, ¿cómo es posible ?, ella es mujer, ella debe entender que una sola nos duele a todas, que esas 120 no son motivo de celebración, defendieron al gobernador y el respondió, como siempre, educado y defendiendo su chamba.
Llegó el momento de traer a colación el tema que más miedo me daba, (lo de los feminicidios es un tema de convicción y muy humano, al final todo el mundo estará de acuerdo conmigo). Dije 1 millón de beneficiarias, en lugar de medio millón (ahora fue el gobernador el que me corrigió a mi cuando respondió), y tal vez me faltó claridad; pero, al parecer sí pude incomodarlo un poco al señalar frente a los medios, los espectadores de streaming y su jefe, el presidente de la república; que sea programa social estrella tiene más negro que rosa, que falta aclarar cómo se distribuyen los recursos y cómo sólo el 30 por ciento llega a las beneficiarias, que además son, en muchas ocasiones, parte de las estructuras priistas, que las tarjetas se usan con fines clientelares, y que sus lacayos de la alianza PRI-PAN-PRD en el congreso local ya no saben cómo defenderlo.
No me quedé completamente callada, y creo que debí ser un poco más enérgica cuando me dijo que mi información era falsa, no es falsa; la discusión está en la cámara, las historias de vida (de las mujeres que no han podido afiliarse al programa a pesar de ser el Target específico) están en los medios, el documento “Lo Negro del Salario Rosa”, derivado de una investigación periodística que está en línea para libre consulta (así tal cual pónganlo en google).
Al final, me queda la satisfacción de que mi pregunta generó que el presidente preguntara al gobernador, en público si participará en la iniciativa de ampliar el programa de bienestar para personas con discapacidad y me dicen los colegas que logré, sino hacer desatinar, por lo menos incomodar al gobernador fantasma.
(Foto: Captura de Pantalla)
Categoría: Nacional |
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