Aranxa Solleiro  

Don Fabián y doña Rosa, residentes de Metepec, mantienen noche con noche su entusiasmo por salir a las calles para vender esquites y elotes.  

Con más de 25 años de experiencia, saben que, desde septiembre, su venta aumentará por lo menos un 60 por ciento, ya que las lluvias permite la producción de una gran cantidad de producto, sin embargo, en el reciente año, su situación no ha sido la misma que la de años anteriores, incluido el primer año de pandemia.  

Ambos, originarios del estado de México, mantienen una distintiva pasión por su valor. Los residentes los identifican como dos personas de gran resiliencia.  

No obstante, don Fabián identifica dos factores que han afectado su trabajo: las lluvias torrenciales que destruyeron la siembra de maíz el presente año, en la que más de la mitad de la producción de elotes se vio afectada porque, a mayor cantidad de agua en la tierra, menor es la calidad  y la resistencia del alimento;  y como segundo aspecto se encuentra la delincuencia, la cual penetra cada vez más las esferas sociales del Pueblo Mágico. 

“En el pueblo ya nos conoces desde hace mucho tiempo, dicen que nuestros elotes y esquites son ricos y la mayoría de nuestros clientes ya no encuentran un sabor similar en otros compañeros que venden, no por ofenderlos pero nuestra receta es secreta y nos encanta dedicarnos a esto, yo creo que eso se refleja en el sabor”, dijo Rosa, compañera de vida de Fabián, quien a su vez aportaba una queja de la falta de clientes que se perciben desde mitad de año.  

“No sé qué pasa pero la gente cada vez sale menos, si no es por los bares, la verdad Metepec estaría solo desde hace mucho tiempo, los que vivimos aquí ya no andamos con la misma confianza como antes, nos sentimos, ¿cómo decirle? Como si estuviéramos enfermos, entonces eso nos ha afectado bastante”, argumentó.  

En años anteriores, vendían por lo menos semanalmente alrededor de dos mil pesos, sin embargo, este año no rebasan los mil 500 pesos por semana, cuestión que les ha causado preocupación, especialmente porque su negocio, les ha brindado sustento a ellos y sus hijos.  

“Tenemos hijos, a ellos bendito Dios los pudimos sacar adelante con nuestro trabajo, siempre hemos sido vendedores de elotes y pues, si regresamos el tiempo y estuviéramos viviendo lo que hoy pasamos, yo creo que no podríamos darles ni de comer ni mucho menos escuela a nuestros hijos”, argumentó Fabián. 

El matrimonio, se encuentra identificado como de las pocas familias dedicadas a la venta de elotes y esquites en Metepec, salen diariamente a partir de las seis de la tarde hasta las nueve de la noche de lunes a viernes, y los fines de semanas su labor termina hasta las 10 de la noche, cuando los bares están repletos de comensales.  

“Nosotros no somos un bar, pero muchos chavos vienen a comprar porque así con un elote o un vasito de esquites ya no les hace tanto mal lo que toman o hay otros que de plano vienen aquí para bajarse un poco los efectos de las bebidas, si no fuera por ellos este año, yo creo que ya nos hubiéramos retirado”, compartió Rosa.  

De tamaño grande y chico, los esquites se dividen entre los 20 a 30 pesos, mientras que los elotes van de los 15 a 20 pesos dependiendo su preparación.  

“Yo creo que el elotero forma parte muy importante de nuestro país pero pocos lo toman en cuenta, como que piensan que uno está ahí ya y no padece este tipo de problemas como todos, entonces creo que también sería bueno recordarle a la gente que nos da gusto que vengan a comprar y sigan comiendo de un alimento tan rico y especial para nosotros como mexicanos”, aseguró Fabián .  

(Foto: Aranxa Solleiro)