Aranxa Solleiro
La comunidad de arte urbano, celebró el cambio de semáforo epidemiológico a verde, ya que permite la apertura de foros al aire libre, en condiciones muy similares a las previas a la pandemia, con más espectadores y llenos de energía envolvente.
Alejandro “El Mimo” ha trabajado por más de 35 años como representante artístico de la urbe, su pasión por hacer reír a los citadinos, le ha permitido fraguarse en la memoria colectiva de cientos de toluqueños que han sido testigos de su talento. Sin embargo su trabajo, argumenta, no ha sido el mismo desde el brote del virus Covid-19, pues no solamente se redujeron sus presentaciones, sino también la interacción con el público.
“No había podido salir a la calle, hasta cuando anunciaron el semáforo en verde, porque tanto me quería proteger, como también, no quería ser un causante de irresponsabilidad entre la gente. Fue muy difícil, porque tampoco tenía posibilidad de presentarme en ningún evento privado y mientras me daban la oportunidad, pues tuve que dejar de hacer lo que más me causa satisfacción”. Argumentó.
La satisfacción del mimo, se concentra en los juegos que realiza con los niños, los cuales lo admiran con una mirada anonadada por verlo hacer cualquier movimiento sin el más mínimo ruido.
“Los niños son mi público favorito, porque ellos tienen un mundo de sorpresas, es decir, puedo motivarlos a ser más partícipes y a envolverlos más de la magia que representa a los mimos. Realmente se pueden imaginar los escenarios que yo dibujo en mi mente, son como mis cómplices, si ellos están felices, quiere decir que estoy haciendo bien mi trabajo”. Dijo.
Alejandro trabaja alrededor de seis horas cada fin de semana en puntos de mayor afluencia de la capital toluqueña, como lo es la Alameda Central, la Plaza González Arratia y los Portales, sin embargo, menciona que la Alameda representa el mejor espacio para desarrollar sus actos.
El pasado domingo, Alejandro tuvo la oportunidad de reunir a más de cien toluqueños que le aplaudieron, cantaron, bailaron y rieron al compás de sus movimientos y ocurrencias, no obstante, una de sus demandas es el poco apoyo recibido de parte de la comunidad, ya que sus actuaciones son de manera gratuita, obteniendo solamente una cooperación voluntaria de los asistentes.
“Lo he tomado siempre como una carta de presentación, yo presento mi show a la gente y ellos después de manera individual me buscan para alguna fiesta o reunión, porque si viviera así, de lo que me dan voluntariamente, pues no tendría para comer en las semanas, no es reproche, es sencillamente que sabes perfecto que tu público tiene prioridades mayores a ti y en realidad mi objetivo es acercar al público al arte. Además, me dedico a otro trabajo, para ayudarme, desgraciadamente el artista no puede vivir en un espacio como el de aquí (Toluca), porque el apoyo es muy poco, especialmente de autoridades”. Compartió.
Entre aplausos y algunas monedas colocadas en un sombrero, Alejandro representa resistencia y pasión por seguir ante cualquier adversidad presente.
(Foto: especial)
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