Aranxa Solleiro
En el marco del Día Mundial del Ahorro de Energía, Alejandro Granados, investigador especialista en Ciencias Ambientales de la Autónoma mexiquense, compartió que el uso de energía se disparó en 2020 por motivos de uso de dispositivos electrónicos, con la finalidad de sobrellevar las medidas sanitarias impuestas por el virus Sars-CoV-2, provocando que en tan solo un año los cambios climatológicos en el mundo, fueran agravándose.
Ante ello, comparte que el Estado de México, es la entidad con mayor consumo de energía en el país, de acuerdo al Sistema de Información de Energía del Gobierno de México en su último registro en diciembre de 2020, presentando 7 mil 936.100 gigawatts por hora, contribuyendo al aumento de la huella ecológica.
Como ejemplo, se puede hacer mención de las fuertes lluvias que derivaron en inundaciones, deslaves y huracanes que han dado paso a la pérdida de vida humana, así como de aspectos materiales.
Considerando sus daños en el globo terráqueo, compartió que en México, un gran porcentaje de habitantes pasan poco más de un tercio del día en Internet, siendo nueve horas y un minuto el promedio de acuerdo a estudios, por lo que considerando a la Encuesta Nacional Sobre Disponibilidad y Uso De Tecnologías De La Información En Los Hogares, de parte de Inegi, en el país las cifras para el año 2020, señalan que una población de 84.1 millones de usuarios de internet, representan 72 por ciento de la población de seis años o más. Dicha cifra detalla el aumento del 1.9 por ciento respecto a la registrada en 2019 (70.1 por ciento).
A sabiendas de que el uso de internet, depende en gran parte de la energía eléctrica por la conexión de dispositivos, el investigador argumenta que la huella ecológica ha incrementado en los últimos dos años, contemplando que el promedio actual es de 2.89 de huella ecológica por habitante, colocando al país en el sexto de Latinoamérica con mayor cantidad, solo después de Bolivia y Uruguay.
Para Granados, la urgencia de una educación ambiental incluida en los planes de estudio de cualquier nivel, especialmente los de educación básica, deben incorporar de manera obligada un enfoque de reflexión y análisis sobre un consumo desmedido de energía y uso de tecnologías que no conllevan a una sustentabilidad deseada.
“Es importantísimo que los estudiantes tengan en sus planes de estudio un desarrollo de principios que mejoren su comportamiento en el consumo de energía y por ende, en el uso de dispositivos electrónicos. Por eso se debe de hacer un estudio profundo de cómo mejorar los sistemas híbridos bajo los cuales nos estamos moviendo desde el inicio de la pandemia. El estudiante tanto debe reducir sus horarios presenciales por el riesgo del contagio que se metaboliza (cambia) constantemente, como también se debe de trabajar en reducir sus tiempos de trabajo frente a cualquier pantalla electrónica.”
El investigador aseveró en que el fomento al contacto con la naturaleza debe ser visto con seriedad por docentes, pues de eso dependerá el control de consumo y deterioro ambiental, por lo tanto propone que se debe capacitar en principio al catedrático y posteriormente, el estudiante podrá desarrollar un respeto ante su entorno y un equilibrio de acciones en su vida cotidiana.
“Nuestro trabajo docente debe enfocarse en capacitar a los profesores, para que sean capaces de transmitir las acciones debidas en el alumnos y tener un análisis crítico sobre su comportamiento al confluir en su medio ambiente; hay que favorecer la incorporación de valores en pro del sustento y protección ambiental, y además, algo importante, es tener una participación activa con grupos colectivos en su entorno, es decir, que el estudiante sirva como lazo y trasmisor de conocimientos hacia cualquiera que le rodee, para motivar a una responsabilidad en conjunto.”
(Foto: NatGeo)
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