Ramón Cuevas Martínez
Lenguaje incluyente y lenguaje no sexista, ¿Son lo mismo?
“Un señor de Guerrero contó que al llegar a Cuernavaca le fue muy difícil encontrar trabajo, ya que no tenía sus papeles y le costaba mucho trabajo hacer los trámites debido a su apariencia y porque hablaba lengua indígena”. Prontuario ENADIS 2017.
El origen de su uso: somos una sociedad que discrimina.
En México, seis de cada diez personas de 18 años y más consideran que la mayoría de las y los jóvenes son irresponsables (60.3%), casi la mitad piensa que mientras más religiones se permitan en el país, habrá más conflictos sociales (44.7%), cuatro de cada diez están de acuerdo con que los pobres se esfuerzan poco por salir de su pobreza (39.1%), una de cada tres personas piensa que convivir con personas con sida o VIH siempre es un riesgo (35.2%) y una proporción similar opina que la pobreza de las personas indígenas se debe a su cultura (34.1%). Asimismo, una de cada cuatro personas considera que las personas con discapacidad son de poca ayuda en el trabajo (24.5%).
En un contexto de discriminación, el lenguaje incluyente se utiliza para dirigirse a la amplia diversidad de identidades culturales refiriendo con ello a la igualdad, la dignidad y el respeto que merecen todas las personas sin importar su condición humana y sin marcar una diferencia en la representación social de las poblaciones históricamente discriminadas evitando definirlas por sus características o condiciones.
Manifiesta la diversidad social e intenta equilibrar las desigualdades, para forjar una sociedad que reconozca e integre a todos los grupos vulnerables (personas mayores de edad, mujeres embarazadas, personas de la comunidad LGBTI, personas con algún tipo de discapacidad, personas extranjeras, personas pertenecientes a minorías étnicas o pueblos indígenas).
En cambio, el lenguaje no sexista refiere el uso de aquellas expresiones de la comunicación humana tendientes a visibilizar a ambos sexos, particularmente a las mujeres, eliminando la subordinación, la humillación y el uso de estereotipos, por lo que el lenguaje incluyente y lenguaje no sexista no son lo mismo, el primero no oculta, no subordina, no infravalora, no excluye y fomenta una cultura de respeto, el segundo fomenta la no violencia hacia las mujeres, nombra lo femenino y lo masculino, reemplaza palabras universales masculinas por genéricos neutros e identifica con el artículo femenino o masculino sustantivos invariables.
Tanto el lenguaje incluyente como el no sexista son un medio para promover relaciones de respeto e igualdad entre los géneros, visibilizar a las mujeres, y prevenir la violencia y discriminación contra cualquier persona. El lenguaje incluyente lucha por la justicia e igualdad, no excluir a grupos vulnerables y no expresar reiteradamente relaciones desiguales, jerárquicas e inequitativas, el lenguaje no sexista desalienta estereotipos, estigmas y roles de género.
Utilizar ambos, es decir, el lenguaje incluyente y el no sexista, no va a eliminar inmediatamente la desigualdad para con los grupos vulnerables, no acabará con la discriminación o la exclusión, pero es una herramienta para que las mujeres y los grupos de población tradicional e históricamente excluidos sean nombrados y sean visibles.
*Consultor en Gobernova
@CuevasRamon contacto@gobernova.com.mx @gobernova www.gobernova.com.mx
Categoría: Nacional |
Etiquetas:
No hay etiquetas asociadas a éste artículo. |
Vistas: 123 |