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Beatriz Aguilera, artesana michoacana productora de piezas llenas de creatividad, corazón y magia

Originaria de Uruapan, Michoacán, Beatriz Aguilera Ortiz es una de las artesanas más reconocidas por su trabajo en punto de cruz. Los famosos guanengos (blusas tradicionales) son una prenda que Beatriz confecciona desde hace varios años con gran esmero, creatividad, magia y detalle en cada puntada. 

Recuerda la artesana de 73 años, que aprendió desde niña por necesidad y porque en aquellos tiempos las mujeres se dedicaban a las labores del hogar y no al estudio “para eso estaban los hombres”, le decía su mamá, quien le enseñó el arte del punto de cruz.  

“Cuando llegaba de la primaria junto con mis hermanas, mi mamá ya nos tenía ensartadas agujas en una almohadilla. Para ese entonces ya me sabía las grecas y los rosales de memoria y ella solamente nos indicaba qué muestra íbamos a bordar. Así todos los días y las tardes durante mucho tiempo”.   

Con el paso de los años y defendiendo sus ideales, Beatriz decidió estudiar una carrera, objetivo que logró con ayuda de su hermano. Primero se formó en corte y confección, luego, con los recursos que obtenía de sus costuras, logró cursar la carrera de Contador Privado.  

No obstante, no dejó el bordado, sus piezas comenzaron a difundirse y su carrera de artesana a florecer, por la originalidad de sus diseños y la combinación de llamativos colores, elementos que desde entonces le han abierto otra ventana de este universo al que ella describe como "pinceladas de historia que llevan impreso su ADN en cada puntada".   

Su especialidad es el huanengo o guanengo, un huipil corto, que consiste en un rectángulo de lienzo blanco con una abertura en el centro para la cabeza. El escote, los hombros y los bordes de las mangas están bordados en lana, con flores y grecas multicolores.  

Beatriz Aguilera generalmente borda grecas tradicionales, pero a sus piezas les agrega su estilo, como ella dice, “sin salirse de lo tradicional”, por lo que siempre emplea la manta de hilo de algodón y otros elementos que conlleva una pieza apegada por completo a la tradición michoacana.  

Beatriz Aguilera

Sus diseños han sido acreedores a premios en concursos nacionales de textil bordado y ha impartido clases en la Casa de las Artesanías de Michoacán, en el Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Michoacán (ICATMI), en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mil Cumbres, Morelia, en el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), así como en diferentes comunidades michoacanas.  

En 2009, Beatriz Aguilera fundó el Taller de indumentaria tradicional Juchari “Lo nuestro”, actualmente integrado por 60 mujeres, en su mayoría adultas, a las que de manera gratuita les imparte clases de bordado de punto de cruz, corte y confección, en dos turnos, mañana y tarde. El taller se encuentra frente al Parque Nacional de Uruapan, donde coloca dos mesas para impartir sus clases, que por el momento y derivado de la contingencia sanitaria por la COVID-19, los grupos se han reducido a la mitad.    

La maestra artesana en la rama de textil señala que en Uruapan hay muy buenas textileras, por ello llevan nueve años de participar en el concurso de textil bordado que se realiza en la región y en el cual participan en categorías como “Huanengo tradicional”, “Nuevos diseños” y “Varios”, en las que han ganado premios como representantes de Juchari “Lo nuestro”.  

La maestra comenta que comparte sus conocimientos por el puro gusto y para que no se pierda esta tradición “porque cada pieza que hacemos tiene un pedazo de nuestra alma, la cual guarda los secretos profundos de nuestra raza, transmitidos de generación en generación. Cada pieza representa el arte de los pueblos de Michoacán”. 

(Fotografía: Cortesía Beatriz Aguilera)


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Nacional
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