Delfina Careaga
Nombre: EMILIANO ZAPATA SALAZAR
Apodo: EL CAUDILLO DEL SUR / EL ATILA DEL SUR
Nacimiento: 8 DE AGOSTO DE 1879 EN ANEMECUILCO, MORELOS.
Fallecimiento: 10 de abril de 1919 (39 AÑOS) EN CHINAMECA, MORELOS.
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En mi libro de cuentos intitulado Las victorias inadvertidas hay una narración llamada “Malenita y Agustín de Texcoco 1890-1918”. Y es la historia de una familia porfirista donde uno de los hijos (Agustín) de un eminente y rico médico y de su esposa Malenita, deja todo para irse a pelear junto a Emiliano Zapata. Su padre jamás lo perdona. Una noche llega Agustín a su casa a pedirle a su padre que lo deje dormir allí sólo esa noche: lo persiguen para matarlo y en casa de su padre es el lugar donde menos lo buscarían. Sin decirle una palabra, el médico deja entrar a su hijo. Y es cuando él, Agustín, trata de hacerle comprender los legítimos motivos que llevan a Emiliano a luchar contra el gobierno.
Hoy, que se celebra el nacimiento de nuestro héroe revolucionario, les voy a copiar el momento en que Agustín habla de Zapata:
—Yo sé el disgusto tremendo que te he dado, papá, pero es sólo porque ignoras las razones de esta revolución. Y sé que en el fondo de ti existe un hombre bueno, ¡por algo te haz dedicado a la medicina! Por eso, te lo ruego encarecidamente, déjame explicarte los fundamentos que me ha llevado a unirme a la lucha. Mira, nada es como lo supones, te lo aseguro. La gente de este país se ha levantado porque ya nada tiene que perder. Las clases privilegiadas la hemos privado de su derecho a existir… Está implícito en el hombre el deseo de vivir mejor y sin restricciones, en la libertad. Y nuestro pueblo ha vivido y vive mal en todos los sentidos. Si tú vieras a los niños morirse de hambre… y la ignorancia ¿sabes?… Ay, si tú escucharas los lamentos de las mujeres ultrajadas, de los hombres humillados… El gobierno de ahora prometió la equidad como el de Madero, pero tampoco éste ha cumplido. Parece que se los come la avaricia y el miedo, miedo ¡a los suyos,! ¡a su propio pueblo!, miedo por no cumplir el mandato de los intereses mezquinos que los presionan, de ahí que desesperados los ataquen de esta forma… Si se perdiera esta guerra, todo seguiría igual, ¿me entiendes?.. otra vez volvería a ser inútil tanto derramamiento de sangre… Porque el hombre sólo por nacer tiene derechos absolutos… Tú debes saberlo… el Estado debe proporcionarle trabajo antes que nada, medicina, educación, para que ese país sea digno y crezca… Pues nosotros peleamos para lograr eso, peleamos por ellos, por el obrero explotado, por el campesino convertido en un mísero esclavo de los hacendados, los mismos que se robaron su tierra… Es sencillo, papá, pero más que nada, por sobre todas las cosas, escúchame porque es muy importante que lo sepas, ¡peleamos por nosotros mismos!, para poder respirar aire limpio ¿ves? ¡Combatimos por nosotros…! No es complicado… México es algo concreto, soy yo y mis hermanos, es nuestra casa, la cama enraizada donde nacemos, somos la tierra que cubre a nuestros muertos. ¡Bien vale el riesgo! ¿no te parece?... Mira, papá, ten un poco de paciencia por favor… Emiliano Zapata es un hombre de integridad…, un gran líder… Su guerra se basa en la defensa de los derechos de los campesinos. Fíjate, ¡es la única vez en el mundo que se menciona la necesidad de una reforma agraria acompañada por la consigna Tierra y Libertad! Sus tropas la forman hombres del campo y en ellas hay más fuerza moral que material… Y si no reconoce ni al gobierno ni a los tribunales, es porque a él lo único que lo guía son las leyes humanas… Si supieras cómo se preocupa por la educación de sus compatriotas… Bueno, tú ni siquiera sabes de su proclama, de sus ideales, ni siquiera conoces el Plan de Ayala, tampoco sus proyectos de leyes como el que destinó para la administración de la justicia… ¿Ves? Así de simple: ¡no sabes quién es Emiliano Zapata!, ése es el único problema… De otro modo, yo te juro que serías el primero en…
Con un paso duro, largo, casi sin flexionar las rodillas, don Pedro interrumpió a su hijo pasando frente a él, subió la escalerilla del pórtico…
---¿Y mamá?, ¡por lo menos déjame verla!
...entró en la casa y cerró la puerta.
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