Aranxa Solleiro
Mariana Ortiz, originaria de la capital mexiquense, es una de los miles de jóvenes que postulan para su titulación de la carrera de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, de entre los cuales, solo uno de cada 12 logrará concluir sus estudios.
Mariana, ha enfocado sus cuidados a jóvenes y niños, pues su especialidad se ha centrado en la pediatría para salvaguardar la vida de los futuros ciudadanos del país
Sus inicios de estancia profesional ha coincidido con la pandemia con mayor catástrofe en la población mundial. El virus del Sars-CoV-2, el cual le impuso retos inimaginables para poner a prueba sus habilidades médicas y enfrentar cual Titanomaquia griega, la batalla, como lo hacieron los mil 320 decesos en el personal de salud, víctimas del virus en septiembre de 2020, dicho así por el medio El Financiero.
Estando en primer año antes de graduarse oficialmente en Quintana Roo como interna en diversas áreas que iban desde la ginecologia, hasta medicina general, Mariana no podía dejar de presenciar la pérdida de energía, motivación, entusiasmo y pasión de sus compañeros pertenecientes al área Covid-19, generando un grado de respeto intensificado por la enfermedad.
“Cuando recién empecé con mis estancias, la situación todavía estaba un poco tranquila pero con el paso del tiempo, empezaron a aumentar los casos, sobre todo porque estaba en uno de los estados más afectados por cuestiones de turismo. Me daba mucho miedo pero traté desde un inicio, tenerle mucho respeto porque aunque no quisiera, debía de estar ahí, al igual que mis compañeros.” Mencionó.
Con un año cumplido, Mariana pudo salir ilesa del virus, cambiando su residencia a la entidad Potosina, en donde la mayor parte del tiempo ha dado atención a niños, dentro de los cuales, asegura que desde el presente mes de agosto, presentan constantemente problemas respiratorios, asegurando que no es una coincidencia que se den en una época en la que la variante Delta, perpetra la salud de niños y jóvenes principalmente.
“Procuro mantenerme neutral con todo el tema Covid, porque duele. Porque desgasta. Porque cansa. Pero esta semana en consulta, prácticamente volví a ver puros casos respiratorios. Y ya no son adultos mayores son jóvenes y son niños. Y esto va a seguir, en verdad no se imaginan.” Dijo.
A comparación de sus días en áreas externas a atención del virus, hoy comparte que en cualquier especialidad y espacio dentro de un hospital o consultorios de atención médica, los pacientes con síntomas se intensifican y urge a los pobladores a dar atención de las medidas sanitarias, ya que tanto ella, como sus colegas cada día deblitian sus esfuerzos.
“Lo que pido como médico que trabaja con enfermos más que otras ocasiones es que por favor usen cubrebocas, por favor tomen las medidas necesarias. Hablando con amigos, con compañeros, todos estamos igual, cansado, dando lo mejor. Desde donde nos toque (hospital, consultorios, covitarios, unidades de medicina rural, terapia intensiva).” Continuó. “Y vamos a seguir. Porque a esto nos dedicamos. Porque nos guste o no, estemos cansados o no, tengamos miedo de ser los siguientes o no, los casos van a seguir. Los hospitales van a llenarse, las familias van a separarse nuevamente. Es frustrante.”
Añadiendo a la fatiga acumulada por más de un año y medio de trabajo incesante, comparte que también la desatención a vacunarse contra el virus, ha sido una detonante de contagios, pues no hay mejor alternativa para cesar en la problemática.
“Uno de los conflictos por los cuales tampoco salimos de esto, es que aún con la oportunidad de vacunarse, la gente sigue escéptica del beneficio, de la protección que les puede dar. Sea la vacuna que sea, desarrolla una barrera de protección a tu sistema inmunológico y por respeto a todos, debemos de hacerlo.” Prosiguió. “Diario recibo mensajes de mis queridos (refiriéndose a sus compañeros): “vi este caso”, “ya no puedo más”, “quiero tirar la toalla”, “tengo miedo”, “no he visto a mi familia”, “estoy enojadx”, “esta semana fueron más”, “ya pasamos a naranja”, “no vienen a vacunarse”, “intubado”, “ya nadie se cuida”; y más.”
Mientras tanto, sustentando la gravedad del contagio acelerado en niños y jóvenes, las estadísticas aportadas por Conacyt en el Estado de México, al cual pertenece, comparten que del grupo de edad de 10 a 19 años se han acumulado hasta el 6 de agosto 11 mil 260 casos ambulatorios, es decir con atención en casa y 691 casos de hospitalización. Mientras que para el grupo de 20 a 29 años hay un registro de 49 mil 400 casos ambulatorios y 3 mil 486 en hospitales.
Finalmente, Mariana con un nivel de cansancio avasallante, puntualizó: “sé que soy una médica más pidiendo lo mismo de inicio, pero con la experiencia que voy teniendo día con día, ya no podemos más sin que la gente atienda el cuidado debido. Ojalá no sea muy tarde, mucho más tarde cuando nos demos cuenta de lo grave del escenario.”
(Foto: Especial)
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