Todas las mañanas de kindergarten y primaria desayunaba chocolate Nesquik con leche. El día que no lo hizo se desmayó a la vista de todos en el ensayo de graduación. Su primera desilusión fue que nunca la dejaron tener un Tamagotchi porque “eran del diablo”, pero tampoco un perro; a este hecho se le atribuyen sus mayores problemas emocionales de adulta. En sus primeros años de vida adquirió un gusto que perduraría incluso hasta a la fecha y ese es comer todo con cátsup McCormick. Otro fueron los Kisses. Se rumora que terminó una bolsa entera a espaldas de sus padres, luego de que estos le dieran en cara su favorito se volvió el Cadbury. Su primer celular fue un Nokia, el del juego de la viborita, después mandaba bbpins en su Blackberry rosa y ahora es una obsesionada consumidora de Apple. Le encantan las tortas Sevillanas, las pizzas de Papa Jhon’s, las hamburguesas de In– N– Out, los pasteles de The Cheescake Factory y el helado de Dairy Queen. Odia la Pepsi y muy de vez en cuando toma Coca–Cola. Amaba leer en físico, pero ahora no suelta su Kindle, según ella porque así lee el doble. En su juventud descubrió, como todos, el tequila Azul. En la actualidad, el único que no le da cruda es el Maestro Tequilero. Vivió en el extranjero por dos años y medio, en donde sólo bebió cerveza Stella hasta que conoció otras marcas, de lo cual surgió la famosa frase de su amigo el bar tender: “She is Stella and she only drinks Stella”, quien la presentaba a todos en aquel bar de vecindario en su Sweet Home Alabama. En diciembre acostumbra comprar Noche Buena, y en los otros meses Bohemia Oscura. Como podrán adivinar, el resto de sus gustos son obvios: el interior Victoria Secret, lo de afuera Abercrombie. Toma pumpkin spice latte en Starbucks y pone gasolina en Costco. Tiene una amplia colección de velas de Bath and Body y su más reciente obsesión son los aceites esenciales de Young Living, pero lo que nadie adivinaría nunca es que el secreto de sus chinos viene de usar acondicionador Vanart y gel Xtrem.
¿Se puede hablar sin decir marcas? Resulta difícil cuando uno está acostumbrado a llamarle kleenex a los pañuelos de papel, o a pensar que la Cinta Scotch es un tipo de cinta diferente de la Masking, cuando en realidad esos son sólo los nombres de quienes las fabrican. Las marcas se han apropiado de nosotros. Desde la infancia conoces bien las cosas que te gustan y mientras creces vas probando o recomendando marcas. Se vuelven parte de uno y somos nosotros mismos una marca andante. Este ejercicio ingenioso, como todos los del taller de Grafógrafxs, me invita a reflexionar sobre lo que me gusta y a escribirlo con marcas. Me pareció un juego divertido, uno en donde puedo burlarme de mí misma, de mis gustos y de los estereotipos que ciertas marcas pueden crear en nosotros, cuando al final las usamos igual siendo todos unos simples mortales.
Stella Rigel JH (Saltillo, Coahuila, México, 1990). Es licenciada Química Fármaco Bióloga, egresada de la Universidad Autónoma de Coahuila, maestra de inglés y estudiante de francés. En julio de 2018, su cuento “Volver” fue publicado en la cuarta edición del libro Autor “Colección de Poemas y Cuentos Cortos”, de la editorial Hago Cosas, en España. Su cuento “Un amanecer de malva” fue publicado por el “Festival Rulfiano de las Artes 2020”. Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.
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