entonces nada nada el peso
de nada nada más en las
manos en la espalda nada en los
hombros la caja vacía la vista
estirada hasta el reverso
nada ni una cochina
de palabra la nica de
fierro el bote de barro el
piso de tierra y el olor
de leña colado por el vacío
estirado por el vacío hasta
la distancia que pude
ver después de algunos
minutos fue lo que ella dijo
yo nunca estuve aquí
nunca mas nada sería
más familiar
***
estoy sin respuesta ella
dice estoy
vigilando el hueco del tiempo
el hueco del espacio estoy
en el hueco del espacio no
estoy en alguna
parte?
ella preguntó y
después afirmó
no estoy en
alguna
parte
***
ni una cochina palabra ni
un trazo en la arena ni las
imágenes las cosas ni
las pocas imágenes que quedaron
ni un gusto u olor apenas
este vacío estirado y muy
blanco duna contra
cielo de piedras gris sobre
gris blanco sobre blanco una
chispa y después nada jamás
estuve aquí yo dije como
si hablara con alguien y
quién más sabría de eso ni
un trazo o marca
nada sería más
familiar nada a no ser esta
distancia alargada el cielo
cubriendo el cuerpo inerte en el
solo bajo la brisa
tibia y color carne
***
nada nada ni
un trazo el gesto
vaciado de intención la
nada el vacío
lo vacuo y los metros más allá
tan azules tan visibles
y sin medida
***
estoy acostumbrándome al
vacío casi puedo
escuchar son olas
horizontales una en
cima de la otra una
superposición de olas
de aire y sinuosidad
***
casi puedo tocar
la espesura de las
olas la
ventilación un
nublamiento de la piel
que se dobla y se
dobla sobre sí un
pliegue de piel
una rugosidad piel
espesa erizándose con
las olas que se doblan y
se doblan indefinidamente
la superficie del aire y
sobre mí
***
el instante en que
pude tocar el
vacío y el instante en
que el otro lado se
dió como un soplo un
vértigo rápido el
vacío volteándose con
el viento una flexión sutil
en la punta de la servilleta
abierta sobre el regazo
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Annita Costa Malufe (São Paulo, 1975). Es investigadora del CNPq y profesora del posgrado en Literatura y Crítica Literaria de la PUC-SP. Es autora de “Poéticas da imanência: Ana Cristina Cesar e Marcos Siscar” (2011), “Quando não estou por perto” (2012) y “Alguém que dorme na plateia vazia” publicado en 2021 por la editorial 7Letras, libro del cual fueron tomados estos poemas.
Sergio Ernesto Ríos (Toluca, 1981). Es director de Grafógrafxs, revista de literatura de la Universidad Autónoma del Estado de México. Publicó “Larga oda a la salvación de Osvaldo” (UANL, 2019), en coautoría con Minerva Reynosa, “El ganador del primer premio del centro de estudios interplanetarios” (Periferia de escribidores forasteros, 2019), “máquina portadora de cabezas” (edición digital, 2018) “Quienquiera que seas” (FOEM, 2015), “Brazuca“(Palacio de la fatalidad, 2015), “Obras Cumbres” (Bongobooks, 2014), “La czarigüeya escribe” (Editorial Analfabeta, 2014), en coautoría con Diana Garza Islas, “Muerte del dandysmo a quemarropa” (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2012) y “Mi nombre de guerra es albión” (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010).
Tradujo del portugués “Una confesión en la boca de la noche” (Grafógrafxs, 2021) de Danilo Bueno, “Boa sorte, 7 poetas brasileñas” (Grafógrafxs, 2020), “Bruno Brum a ritmo de aventura” de Bruno Brum (Palacio de la fatalidad, 2017); “Droguería de éter y de sombra” (Palacio de la Fatalidad, 2014) de Luís Aranha; “Oda a Fernando Pessoa” (Palacio de la Fatalidad, 2017), “Paranoia" (Palacio de la Fatalidad, 2013) y “Voy a moler tu cerebro” (Red de los poetas salvajes, 2010) de Roberto Piva; la antología de poetas brasileños nacidos en los ochentas “Escuela Brasileña de Antropofagia” (Kodama Cartonera, 2011). Tradujo del inglés, con Diana Garza Islas, “Una noche, senté a Donald J. Trump en mis rodillas/Y otras teorías estéticas del siglo XXI” (Oficina Perambulante y Palacio de la Fatalidad, 2017), a partir de un ejercicio de Chris Rodley.
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