Miguel García Conejo 

La pandemia ha sido una pesadilla. Es el comentario que escucho al menos en tres ocasiones mientras camino para ser vacunado en el municipio de Metepec, como uno de millones de jóvenes de 30 a 39 años que están recibiendo la dosis tras siete meses de espera luego de que arrancara el ejercicio en el Estado de México.  

Jóvenes que miro y me parecen todos conocidos. Nuestros rostros muestran cansancio, pese a ello el anuncio de que regresamos al color naranja de la alerta epidemiológica nos hace rehusar compartir una mirada. Parece que huimos de todos.  

Comparto con ellos una edad sectaria que nos dice que somos la población económicamente activa. Hasta la década de los 90 se hablaba de esta generación que encabezaría el “bono demográfico” una carga poblacional que significaría bonanza económica; hoy tras una nueva crisis provocada por la pandemia compartimos las mismas afectaciones, es decir, al igual que ellos, he permanecido activo en este periodo de pandemia.   

Sin embargo mi actividad como comunicador, reportero, me ha llevado a permanecer en las calles en estos meses de pandemia, manteniendo el contacto con la gente, buscando la información de riesgo, visitando las zonas de contagio y a los especialistas médicos, para que desde su voz se constate el grado de emergencia que vivimos.  

En suma, esta semana fue una gran jornada para los comunicadores del estado, la mayoría de los reporteros, fotógrafos, y camarógrafos están en este rango de edad (30 a 39), por lo que si todo sale bien, serán vacunados.   

En algún momento se habló, de exigir como sector esencial una vacunación preferente. La mayoría nos rehusamos.   

Ahí el valor de informar, hacerlo con el único fin de cumplir una función socia sin esperar nada a cambio, pero que tras el avance de la vacunación estará mejor acompañada.   

Estas letras en Diario Portal, que los ha acompañado en esta pandemia, es un pequeño reconocimiento a los comunicadores que no han cesado pese a le emergencia,  por los que contrajeron el virus y ya no están, valió la pena la espera ojalá todos los compañeros hubiéramos llegado a este día.  

(Foto: Miguel García Conejo)