Luego de que la oposición insistiera en señalar que existe una fricción entre Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, entendida como “fuego amigo” al interior del movimiento de transformación, el presidente aclaró que no se trata más que de un “estribillo político” al que recurren, a falta de liderazgo y armas contundentes.

Ximena Barragán

En este sentido, habló sobre ciertos ataques en su contra, “día y noche” en medios de comunicación. Refirió la reciente entrevista de León Krauze al periodista Jorge Ramos, donde el hijo de Enrique Krauze pretendía reforzar la idea de que México enfrenta una crisis democrática que podría derivar en un estado autoritario, populista y sin libertades “semejante a Venezuela”.

Al proyectar un fragmento del diálogo en que se escucha a Ramos decir que “López Obrador no es Nicolas Maduro y no es Hugo Chavéz, México no es Venezuela” y que el presidente “debe continuar en el poder hasta el último día porque así es la democracia”, AMLO reprochó la actitud tendenciosa de León Krauze y dijo que debía servir como ejemplo de lo que no se debe hacer en el ejercicio periodístico.

A su vez, el presidente reconoció que Jorge Ramos mantuvo una postura ética loable en lo que corresponde, pues no se prestó a las declaraciones tendenciosas del hijo del dueño de Clío, pese a la diferencia ideológica que Ramos ha expresado respecto a su gobierno.

Abundó que con este tipo de comunicaciones se han dedicado a reforzar conductas de sectores de la población como las clases medias aspiracionistas, que lo que quieren es pertenecer a una élite, “ser como los de arriba”, que carecen de escrúpulos morales, partidarios de “el que no tranza no avanza  y apoyan a los gobiernos corruptos, pues son susceptibles a la manipulación.

Explicó que, idealmente, este estrato social debe ser amplio (sacando a millones de mexicanos de la pobreza), pero sin la mentalidad egoísta, con la doctrina del humanismo “una clase media fraterna, no individualizada”.

(Foto: Captura de pantalla)