Daniel Cortez

Pasado

Se avecina el silencio, hay tanto oculto en lo que no se dice, que a veces no es necesario preguntarlo, la usencia es un indicador inequívoco de que la distancia ha crecido, esto se nota más cuando sólo es un metro lo que nos separa. Debajo de tantas letras resplandece la verdad al ignorar suspiros: las voces ahogadas de este propósito, no son suficientes para reanimar una emoción. 

Y así nos iremos de a poco, caminaremos en polos opuestos olvidando el suceso que nos unió, ligera será la despedida, a tal grado, que la ausencia no dolerá; no quiero decir que el aire limpiará a fondo la habitación y no dejará rastro de ti en mis venas, quiero decir que no tendré miedo de avanzar en lo cotidiano que puede ser la nostalgia cuando el clima suele ser nublado.

Ya no se escucha nada en la lejanía de nuestras voces, se queda en el pasado el agua dulce del estanque que había en tus labios, sólo queda sonreír y dejarse llevar por los versos.

Presente

Mis manos retoman las sensaciones, rompen el tabú del recuerdo al hilar emociones, mi símbolo encuentra un nuevo impulso, naciendo de esto una nueva voz, en la cual se descifran mis palabras. Mentiría si insinuó que mis ojos ya están recuperados de tomar una nueva dirección, reconociendo con esto, que aun la lluvia llega a inundar las calles desgastadas de esta ciudad llamada alma.

Ante ello mi entorno se esclarece, no hay mejor historia, que la que se cuenta al día de lo que se vive, esta donde la existencia pone la apuesta alta y todo parece tener un lugar para existir, aunque el agua se diluya de las manos siempre estará el filtro que dejará al tacto lo que hay que sentir.

Este es el hoy que me impone la realidad, y estos son mis latidos marcando las líneas del presente que voy a escribir…