2021-05-04-feminismo-politico-o-cientifico

¿Feminismo político o científico?

Claudia Elisa y Gabriela Alejandra López Miranda
Integrantes del círculo feminista Alaíde Foppa


Dentro del feminismo existe una reflexión en torno a si lo relevante para el movimiento es exclusivamente la acción política, o si el trabajo científico puede tener algún rendimiento en el camino de la reivindicación de los derechos de las mujeres. Al respecto, consideramos que en lugar de determinar qué es más importante, resulta fundamental analizar por un lado, los límites entre el trabajo político y el científico y por otro lado, el vínculo entre estos dos.


Para empezar, es necesario recordar que la teoría feminista es posterior a la acción política de las mujeres. Desde el siglo XVIII (incluso antes) es posible identificar manifestaciones públicas de inconformidad respecto a la condición femenina, los ejemplos por antonomasia son Vindicación de los derechos de la mujer, donde Mary Wollstonecraft en 1792 argumenta que las féminas no son naturalmente inferiores al hombre y la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana de Olympe de Gouges quien enfatiza que las mujeres también deben ser contempladas en la lucha por la libertad, igualdad y fraternidad. Obras con un marcado tono político, de intervención y de transformación del estado de cosas, mismas que se acompañaron de incipientes, pero importantes grupos que se organizaron en las calles para demandar un lugar en la sociedad y un trato digno en el espacio público.


Por tanto, el movimiento político feminista tiene más de 200 años, no obstante, como señalan Joas y Knöbl (2016, pág. 419), la teoría feminista se sistematiza hasta la década de los 60 del siglo XX, fenómeno relacionado con el acceso de un considerable número de mujeres a la universidad.
Uno de los textos fundantes de la teorización feminista es La mística de la feminidad de Betty Friedan, que sin dejar de ser una reflexión encaminada a la reconfiguración del lugar de la mujer, adopta una mirada sociológica que se plantea el análisis de casos concretos de mujeres con roles impuestos en función de su género, además de proponer conceptos tan fundamentales como “la mística femenina”, que hace referencia al conjunto de discursos que enaltecen y refuerzan los roles tradicionalmente asignados a las mujeres: de madres, de esposas, de santas.


Aquí encontramos elementos importantes para trazar la diferencia entre la dimensión política y la científica. Si bien cuando se habla de feminismo siempre hay una vocación de reivindicación de la condición de las mujeres, en el caso del llamado “feminismo científico” o académico, esta vocación viene acompañada de una profunda reflexión sociológica y un trabajo de construcción teórica.


Con mucha frecuencia la acción política feminista es disparada por el dolor, por la rabia, por la urgencia de responder a situaciones de violencia que ponen en riesgo la vida, los derechos, la dignidad de las mujeres, dicha urgencia moldea un tipo específico de proceder que no puede tomarse el tiempo de reflexionar con demasiada profundidad: es preciso decidir, actuar y corregir sobre la marcha.
El ritmo del trabajo científico es otro, su principio fundamental es detenerse a reflexionar, construir conceptos, analizar casos en el tiempo, eso le impide actuar con la rapidez y la contundencia de las manifestaciones en las calles, su margen de intervención es otro, no obstante, es un recurso necesario e importante. El riesgo de despreciar el trabajo científico es la incapacidad de autocrítica, de análisis sobre la propia historia, así como la imposibilidad de trazar rutas y preguntas relevantes que se traduzcan en un impulso para el logro de las demandas feministas.


Referencias:
Friedan, Betty (2016) La mística de la feminidad, Madrid, Cátedra.
Joas, Hans y Knöbl, Wolfgang (2016) Teoría Social, Madrid, Akal.
Woolstoncraft, Mary (2000) Vindicación de los derechos de la mujer, Madrid, Cátedra.


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Nacional
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