Ante los estragos económicos propiciados por el confinamiento que forzó la pandemia de Covid-19, diversas empresas decidieron ofrecer sus productos en línea; creció la demanda de mensajería. Sin embargo, como se ha expuesto varias veces, empleados de empresas como Uber, Didi, Rappi, etc. han denunciado precariedad y comisiones injustas en detrimento de sus ingresos y esfuerzo.
Leobardo Hernández
En este contexto, hace un año surgió Rueda Libre, iniciativa de jóvenes que vieron sus emprendimientos detenidos a causa de la cuarentena. Al respecto, Salustiano Fuentes Dávalos, mejor conocido como Salus, por sus amigos, nos comentó: “nosotros somos una empresa de bicimensajería […] trabajamos en todo lo que es el área del valle de Toluca y alrededores (San Mateo Atenco, Ixtlahuaca, Tenancingo, Tenango, Lerma, Xona, Temoaya…)”
Rueda Libre cuenta con una gama similar y hasta más amplia que la oferta de las grandes marcas, “ofrcemos un servicio sobre todo para los que tienen la necesidad de trasladar algún producto, algún bien, incluso documentación, y lo cubrimos según la distancia que hay entre el punto de recolección y el de entrega. También ofrecemos el servicio de pago de servicios y compras en súper mercados o para suministrar de insumos a alguien que requiera de algo, nosotros lo compramos y se lo llevamos a su domicilio”, explicó.
“La precariedad económica fue la que nos orilló a vernos a nosotros y con lo que contábamos, que era pues unas bicicletas, e iniciar con la bicimensajería. […] La diferencia fundamental entre las aplicaciones de servicio como Uber, como Didi, como Rappi, como todas ellas, es que nosotros no trabajamos sobre la explotación de los trabajadores, porque nosotros somos los mismos trabajadores, nosotros no somos una empresa, ya no digamos transnacional, sino intercontinental que explota la fuerza de trabajo de muchísimas personas, que les crea una figura ficticia a la que les llama socios, pero que en realidad solamente los está explotando”, abundó.
Asimismo, expuso que las penalizaciones a mensajeros de estos emporios minimizan su derecho a decidir sobre su seguridad y la posibilidad de realizar el trabajo, pues cada vez que rechazan un “pedido” por la distancia excesiva o por condiciones de seguridad en ciertas zonas y horarios, la empresa lo sanciona y reduce las potenciales solicitudes para el empleado.
“Nosotros tenemos precios que son acordes al trabajo que estamos desempeñando y que no significan un desgaste extraordinario ni para quien ofrece productos o servicios ni para las personas que somos clientes. […] Nosotros no tenemos precios artificiales, no inflamos la demanda como lo hacen las aplicaciones que tienen una suerte de mecánica medio artificiosa que le dicen ‘tarifas dinámicas’ en el que el mismo trayecto te cobran distinto, sea una hora o sea otra”, agregó.
La diferencia definitiva con las grandes compañías de mensajería es el enfoque en detonar la economía local. “Nosotros somos un servicio que pertenece a la economía, pues atomizada, local, y como muchas de nuestras compañeras que nos han brindado la oportunidad de trabajar con ellas y que, gracias a ellas, tuvimos la oportunidad comenzar con este servicio, porque son ellas, son multitud de mujeres trabajadoras que se ven en la necesidad pues de comercializar productos”.
Rueda Libre cuenta con una planificación de costo preferencial para clientes asiduos llamada Lazos Solidarios, “a través de la cual, personas que ya son nuestros clientes, que se han comprometido también a que nosotros les cubramos la demanda de mensajería, les reducimos los costos, pues es un trabajo constante. Con lo que buscamos fortalecer la economía mutua, de nosotros como servicio de mensajería como de las personas que se dedican al comercio aquí en el área de Toluca”.
Actualmente son 3 mensajeros permanentes con algunos eventuales “cuando la demanda es excesiva”. Afirmó que no se requiere más que el deseo de trabajar para formar parte de su equipo, así como hizo hincapié en que no cobran comisión a quienes pertenezcan a él. Invitó a que, quien tenga una bici y gusto por recorrer la ciudad, aproveche también para adquirir un ingreso extra sin incorporarse a los oligopolios.
“No buscamos acaparar el servicio de bicimensajería ni buscamos establecer una cierta territorialidad con nuestro servicio. Invitamos a las personas a que, si tienen una bicicleta, pues que la usen. No lo vemos solamente como una cuestión mercantil”.
Lamentó el diseño de las ciudades, casi exclusivamente para autos, y reflexionó en que no solamente buscan lucrar con esta idea, sino “lo vemos como un acto político de autonomía en nuestras formas de emplearnos a nosotros mismos, […] además, pues el uso de la bicicleta, estamos tratando de fomentarlo y reivindicarlo como un acto también de apropiación de nuestra ciudad”.
Finalmente, dio a conocer la forma de contacto para recibir sus servicios, “nos encuentran como _rueda_libre en Instagram y Rueda Libre en Facebook. Ahí pueden encontrar nuestros números de contacto también”.
(Foto: Leobardo Hernández/ Cortesía)
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