2021-03-09-la-remora

LA RÉMORA

Empecé el año con pocas expectativas, y heme aquí ahora, nada mejor para Julián Fonseca: cervecita en mano, viendo el atardecer en un in-cre-í-ble rincón de Nayarit. No cabe duda de que con estas experiencias se va equilibrando la vida, ¿no crees, Natalia? Me mama tu nombre, wey, neta.

​Qué chido que te pagaron tan bien ese último trabajo que hiciste. En serio te admiro, te plantaste muy bien con tu jefe, pero también tienes que aceptar que sin mi ayuda no lo hubieras logrado, no estaríamos aquí viendo barquitos. ¿Cuántas veces te levanté el ánimo? ¿Cuántas veces me desvelé por escuchar tus quejas?

​¿Sabías que a esta hora del día le llaman la golden hour? He visto muchas morras en Instagram que se toman fotos increíbles aprovechando esta luz. Te tomaría una, pero hoy no te ves tan guapa como otros días. Och, no te enojes… estoy bromeando. ¿Quién es mi chica de sol? Hueles a tostado y a sal, babe.

​Oye, neta no quiero acampar en la playa. ¿No hay manera de que podamos pasar otra noche en un hotelito? Ándale, babe, me caga armar tienda de campaña y la pinche arena me pica, no voy a poder dormir.

​Mira, llámale a tu papá, dile que nos tire paro y neta que cuando me paguen las chambas que me deben yo le pago al don. Dile que le falta una varilla a la tienda y que no podemos armarla. Ándale, babe, Natalia, mi amor, mi chica.

​Cierra los ojos, imagina esto: tú, yo, un bañito de tina, una cama cómoda, servicio a la habitación… ¡uy! ¿Y si cenamos rico? ¿Cómo te caerían unos camaroncitos? Te voy a dar la cogida de tu vida. Así como ya sabes, chiquita, así como te gusta, y luego un cigarrito y nos dormimos fresquitos y felices, sin moscos, sin arena, como mereces, mi reina.

​Oye, piénsalo mientras me pones más cremita en mis tatuajes, ¿va? Es que no quiero que pierdan color. Ándale, mi sabrosa, mi preciosa, y ahorita buscamos un lugar con señal para llamarle a tu papá. Pero, ven, dame un beso primero. Así, chingá.

Acudí sin ninguna expectativa al taller de narrativa de Grafógrafxs cuando todavía podíamos reunirnos en la sala Ignacio Manuel Altamirano. Después de la primera sesión, supe que por fin había encontrado en Toluca un lugar en el que me sentía como pez en el agua. Siempre nos daban las dos de la tarde y nunca nos queríamos ir, queríamos seguir “chaineando” —como dice el buen Alonso Guzmán— los textos de los compañeros. Éramos muchos, pero de verdad, muchos, los que constantemente asistíamos, pero lo mejor es que siempre llegaba alguien nuevo. Desde entonces se está consolidando una cofradía que desde hace muchos años no se veía en Toluca, y gracias al taller en línea se han sumado todavía más personas de otros lugares.

Julián Fonseca es un personaje ficcional, pero también puede ser tu amigo, tu vecino, tu hermano o, peor aún, tu pareja sentimental. Leí “La rémora” en una sesión del taller y entre los comentarios hubo uno que me hizo considerar darle más voz a este personaje situándolo en diferentes espacios. De ahí surgió la idea de escribir un libro al que de momento llamo Estampas de personajes, en donde me propuse el reto de reflejar curiosas personalidades en pocas páginas.

Denise Ocaranza (Toluca, México, 1986). Es licenciada en Letras Latinoamericanas por la UAEM, escritora y correctora de estilo. Es autora de El ladrido secreto (UAEM, 2017). Ha colaborado en Revista Sinfín, Universitaria y Plástico. Revista Literaria. Es integrante del taller de narrativa de Grafógrafxs.


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Nacional
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