Este miércoles de Ceniza el santuario de Señor de Chalma perdió su luz, su fiesta y el andar de miles de personas, pero no perdió su fe ni la devoción de los creyentes. En un hecho histórico, este inicio de cuaresma, las puertas del pequeño templo estuvieron cerradas para evitar con ello aglomeraciones, por lo que las muestras de devoción también se vieron apaciguadas.   

Miguel García Conejo 

En el marco de la pandemia que vivimos, este miércoles los miles de peregrinos que se arremolinan no  llegaron, los puestos se quedaron, y el color de la mexicanidad tuvo que esperar.   

“No hay misa, no hay ceniza, llévese su Cristo, su tierrita santa”, era lo que se escuchaba en las inmediaciones del Santiario del Señor de Chalma.  

La pequeña localidad perteneciente al municipio de Ocuilan recibe cada año miles de peregrinaciones, sin embargo el covid ha obligado que desde el 20 de marzo del año pasado, el templo que genera devoción, permanezca cerrado.  

Pese a ello algunos fieles se enfrascaron en la aventura de llegar a las puertas del señor de Chalma para toparse con las puertas cerradas y sin la oportunidad de recibir ceniza   

“No hubo ni misa, muchos nos vinimos porque habían dicho que iban a abrir las iglesias, que sí se permitían las misas y que iban a dar la ceniza en bolsita, eso no sucedió, no abrieron”, comentó Lucrecia,   

Ella relata para Portal viaja cada año  desde la Ciudad de México para poder cumplir su manda con el Señor de Chalma pero este año el covid 19 truncó su tradición de fe y devoción-  

“Estoy triste pero agradecida con la oportunidad de haber llegado hasta aquí no importa si no pude entrar, yo me siento contenta de que le cumplí”.   

Durante la celebración de este miércoles de ceniza el atrio de la iglesia permaneció  acordonado, con un espacio para las veladoras, junto con un pequeño tanque de agua, fue todo lo que se les facilitó a los fieles.  

(Foto: Miguel García Conejo)