Los casos recientes de estallidos de bombas repartidoras de gas serían solo la punta del iceberg de un problema que tiene casi dos décadas sin atenderse, y que hoy pone en riesgo a millones de usuarios. 

Miguel García Conejo

Arturo Vilchis Esquivel, ex coordinador de Protección Civil del estado, y especialista en la materia, informa que desde 1995 la autoridad federal le transfirió la función de inspección y cumplimiento de la norma en la venta, comercialización y distribución del Gas LP a la secretaria de Energía y a la Comisión Nacional de Hidrocarburos; sin embargo esta nueva facultad no ha estado acompañada de recursos para realizar esta tarea. 

“La regulación recae ciento por ciento en la Federación y más bien sería la forma en la que la federación no ha instrumentado esa responsabilidad no tiene personal”.   

La falta de una inspección seria por parte de la autoridad federal, advirtió, ha abierto el camino  para la proliferación de grupos de poder entre los gaseros que se disputan las rutas principalmente de las pipas pequeñas de cinco mil a siete mil litros, en las que  está centrado el problema, pero de las que no hay los inspectores federales suficientes que hagan cumplir la norma.  

 “Se fueron haciendo como mafias sobretodo en el valle de México de los vendedores y distribuidores de gas LP  entre ellos mismos y los del gas natural y ha habido digamos ya varias agresiones en las que se han involucrado pipas”.   

El problema no es menor toda vez que el mercado en la distribución de gas es millonario y se presenta el conflicto en toda la República por la falta de capacidad de actuación de la autoridad federal, las direcciones de protección civil de los estados y municipios solo pueden actuar por hechos en flagrancia.  

“Ellos son los que están facultados para inspeccionar las instalaciones para, en un momento dado, clausurarlas si no están funcionando al cien si sus vehículos no están en perfectas condiciones, si sus choferes no están debidamente capacitados; los hemos visto cómo manejan, traen cinco mil litros de gas y van como si trajean carretes”.  

Con ello, advierte, es mínima la inspección que se realizan a las plantas de distribución de gas, a los vehículos que lo transportan y a los cilindros que hay en los hogares. 

 “Siguen sin tener personal que supervise, yo comenzaría por ahí; pónganse las pilas, tienen que solucionar esta situación, la verdad, porque si estos incidentes ya se están presentando, se van a seguir dando, y en una de estas nos explota una pipa de 40 mil litros y entonces va a causar una verdadera tragedia”.   

Destacó que otra de las omisiones que ha generado la falta de autoridad es que  no se cumpla la norma para la generación de un fondo por parte de las gaseras que cumpla con la restitución o cambio de tanques en los hogares que recaería en sus manos. 

(Foto: redes)