Eduardo Jaramillo Rodríguez
Mi experiencia COVID en el Hospital más longevo de Toluca, el Hospital N Sn Juan!!!
Ninguna narrativa hecha por el mejor prosista podría ilustrar mejor nuestras experiencias con el testimonio del entorno que vivimos, sentimos e interpretamos; ello releva cualquier paradigma parecido de cualquier otra aparente realidad.
Como muchas personas, en medio de esta tragedia sanitaria, me contagie de COVID, el cuadro fue tratado en un inicio por un médico general como resfriado, posteriormente como bronquitis, principio de neumonía, y más tarde como neumonía avanzada con daño pulmonar. Ante la falta de saturación de oxígeno, y los signos en desplome, hubo la necesidad de buscar la hospitalización emergente; no obstante, los nosocomios públicos y privados en todas partes están al 100 de ocupación, amén de que los Hospitales particulares han subido dramáticamente sus tarifas para ingreso de enfermos covid con garantía mínima de $200,000 pesos. Por tanto, con el apoyo de amigos, que ofrecieron hacer una gestión proactiva-rápida, se ubicó una cama en el Hospital Nicolás San Juan de Toluca; sí, el Nosocomio público, hoy más longevo de Toluca; hoy por cierto, ya colapsado en este servicio para enfermos covid. El H N San Juan, ha de dejado de ser eficaz, menos aún eficiente por razones naturales de su tiempo de servicio, instalaciones desgastadas y ausencia de instrumental de trabajo y material de urgente necesidad de toda naturaleza.
LA REALIDAD
El Hospital Nicolás San Juan de la cd de Toluca, fue entregado al servicio público en 1987; cuenta con 144 camas, servicio de 202 médicos y 398 enfermeras. Para esta contingencia de salud, se organizó una área covid, y como en todo nosocomio, la zona de urgencias hace su trabajo de diagnosticar los enfermos que llegan en ambulancia o por su propio pie, mediante el servicio de tomografía y en su caso, estabilizar al paciente conforme a la lectura de signos; empero, la carga y estado anímico del personal médico y auxiliar del turno, no contribuye de manera eficaz a la canalización del paciente, el mito del INTUBAMIENTO permea como como una sombra constante; la falta de información y la labor a medias del médico, generalmente se limita a preguntar se va intubar ¿ sin la mayor explicación, o abundamiento sobre esta medida médica que por el morbo, ya atormenta a los pacientes; lo viví cuando el Dr. Montes, ante mi pregunta solo se limitó agregando: “… como puede salir o no…” lo que nos deja en absoluto shock. Aquí, el cansancio o hartazgo de los médicos sustituye al protocolo.
LA ZONA COVID
La integran 70 camas reubicadas de otras zonas del servicio, ocupadas al 100 por a enfermos-covid; apoyan 11 enfermeras en promedio por turno; con visible cansancio, ya agotadas e irritadas; 03 médicos por turno; 01 Jefe de piso que recorre los pasillos de la zona covid con el auxilio de una enfermera para evaluar el estado de enfermos y su proceso, nunca entra a las salas; tres personas de limpieza por turno visiblemente agotadas.
A URGENCIAS …
En los últimos 15 días el sistema de oxígeno, de más de 3 décadas, funciona a medias por desperfectos; para mayor desgracia, recientemente falleció el experto que daba mantenimiento al sistema. En el ya conocido H Nicolás San Juan Hospital, las visibles fallas de la infraestructura se observan desde el deficiente y limitado sistema de iluminación, grave porque en mi experiencia vivida, las enfermeras limitan su trabajo de canalizar con éxito el suero por la noche, y aplicar otros servicios. Al final, este exangüe sitial de la salud también está en terapia intensiva y es necesario más de una transfusión urgente. Y este es un grito insistente del personal que aunque comprometido con su trabajo en más de una ocasión no cuenta ya con lo mínimo como puede ser una simple torunda para aplicar inyección, lo que eventualmente pone en riesgo todo los días a los beneficiarios, quienes tratándose en su mayoría de personas de escasos recursos, y muchos de procedencia regional deben suministrar medicamentos y otros materiales.
SIN REMEDIO SOCIAL…
No obstante la cruda realidad que vivimos todos, la irresponsabilidad sigue permeando en las calles, lo que si nos garantizará algo seguro: se multiplicaran los enfermos y muertos, las horas del toque de queda; los costos x economía familiar, el sacrificio del incipiente PIB y llevaremos a terapia nuestro insuficiente presupuesto de salud.
RECONOCIMIENTOS MERECIDOS
En justicia habría que reconocer con amplio derecho a mucha gente, la que colabora con absoluta responsabilidad y tiene una actitud a prueba de fuego; personas con carácter forjado en acero y con una actitud positiva que permite consagrar su labor diaria, paliando la crisis con inteligencia. Me quedaron momentos de la labor cotidiana de la Dra. Lety Barrera, de la Enfermera Adriana Chávez y de Pedro Jiménez, de intendencia; siempre prestos con actitud, con su labor y con los pacientes. Mi gratitud.
Twitter: @jaramillomex
Correo consejoacademicoedomex@gmail.com
Facebook: Eduardo Napoleón Jaramillo
Categoría: Nacional |
Etiquetas:
No hay etiquetas asociadas a éste artículo. |
Vistas: 59 |