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Dale, dale, dale... Vendedores de piñatas esperan no perder el tino está temporada

Juan Carlos se dedica junto con su familia a la venta de verduras y frutas, así como a la elaboración de piñatas, especialmente durante la época navideña, pues las tradiciones mexicanas durante el mes de diciembre hasta el mes de enero, potencian una unión de la sociedad al compás alegre del “dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino”.  

Aranxa Solleiro  

En el presente año, el camino se ha perdido lánguidamente para los vendedores y elaboradores de piñatas, ya que la venta ha ido disminuyendo notablemente desde el mes de marzo cuando todo cerró y las fiestas quedaron oficialmente vetadas. “Bueno, no es que no las hagan, hay algunos que las hacen a escondidas, ¿verdad? Pero de todas formas no son muchos los que se juntan y si nos compran una piñata es más para no perder la tradición.”  

Ubicado en el Mercado Morelos de la ciudad de Toluca, el ánimo navideño vibra desde el primer paso dado en su interior, los pasillos rebosan de frutos invernales y los techos que simulan un cielo estrellado, emanan brillos fugaces derivados de las piñatas que cuelgan de un ligerito lazo, que por su aspecto, hace analogía a las pocas ganancias que se han obtenido durante el año.  

“Si te das cuenta en algunas partes, se nota un hoyo, porque han sido las que se han vendido durante el año pero ya no queremos traer más porque se nos quedan, de hecho las piñatas de figuras que ves, están desde el año pasado, entonces ahora con las piñatas tradicionales de navidad, pues hemos hecho una sola inversión porque sabemos que no vamos a vender más.” Comparte mientras vuelan contorsionistas pedazos de papel china que iluminan aún más el local. 

La inversión de la familia de Juan Carlos para la realización de piñatas fue de 15 mil pesos, de los cuales, aseguran que no obtendrán ni siquiera la mitad de ganancias. “Desde que empezó diciembre hemos vendido cuando mucho, diez piñatas, cuando todos los años desde el día uno vendemos por lo menos 40, con eso te digo la diferencia.”  

“Sabemos que se nos van a quedar, por eso ya no hemos querido hacer más y lo que nos animó a elaborarlas nosotros y no comprarlas fue que salía y que la gente sí venía a comprarlas con gusto pero pues ahora ya no, vamos a tener que guardarlas para el siguiente año yo creo.”  

El precio de las piñatas radica en su elaboración y el número de materiales utilizados para ello, la más cara tiene un precio de $1000 pesos, mientras que la más pequeña cuesta $25. “Los precios de los materiales han subido, por lo mismo que casi no hay venta, entonces nos sale más caro hacerlas pero ya no puedo venderla a más precio de lo que me sale, por ejemplo las de 25 las dábamos a 30, las de 1000, las dábamos a 1100, pero ahora tengo que venderlas al precio real, las de 25 al mismo precio y lo mismo con todas, a veces hasta los 800 pesos la bajamos las más caras pero aun así es poco.” 

El entusiasmo de elaborarlas no solo subyace en obtener ganancias, sino también en continuar conservando las tradiciones del propio mercado. “Pues ya lo hacemos para adornar al mercado, como sabes, todos los mercados se identifican por sus colores y los locales que tenemos piñatas, pues lo hacemos también por eso, al menos en esta época navideña, que de hecho, es también por lo que más vendemos, porque vienen a comprarnos para adornar casas o cualquier otro lugar. Este año lo hicimos más por seguir con la tradición.” 

Los siete pecados capitales representados por cada uno de los picos que la conforman, permanecerán intactos, la prohibición de posadas y reuniones masivas evitará no solo que se rompan, sino que familias como la de Juan Carlos tengan que demostrar más resiliencia para seguir adelante hasta que la pandemia regale un poco más de benevolencia.  

(Foto: Aranxa Solleiro)  


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