Para los músicos y artistas del Estado de México, el panorama para el final del 2020 no es alentador. Este domingo le pidieron a Santa Cecilia, su patrona, que los ayude a concluir lo que califican como “el peor año de la historia”, pues debido a la posibilidad de regresar a semáforo rojo, temen que no habrá ingresos ni para comprar la cena navideña, coincidieron algunos artistas.  

Elena Aguilar

Fernando Cuevas, El Lobo de Oro, inició las manifestaciones y protestas en el Valle de Toluca, para solicitar al gobierno mexiquense apoyos mensuales como los que entregó la Ciudad de México; sin embargo, dice que de nada ha servido, pues apenas reciben algunas despensas del Banco de Alimentos y la mayoría, no tiene dinero para la renta, comida, las colegiaturas ni para pagar los servicios básicos.  

“Es una tragedia para la mayoría de nosotros, no tenemos ingresos desde el mes de abril o mayo, cuando comenzaron a cerrar las plazas públicas, salones de eventos, hoteles, ferias, y todo tipo de espacios donde se podía interpretar al menos una canción y recibir monedas a cambio”, relató.  

Para Fernando, las condiciones cada vez son más adversas, comenzó en la música hace 30 años, heredó este oficio de su padre y sus tíos, todos fueron mariachis y si bien antes era una actividad próspera que le permitía salir adelante con todos sus gastos, en la actualidad “es todo lo contrario”.  

“No hemos podido estar del todo normal en el andador Constitución, ahí siempre estaba esperando que nos contrataran una canción o dos, y los fines de semana no eran menos de tres o cuatro serenatas por noche. El 10 de Mayo no pudimos trabajar y es uno de los días más fuertes y tampoco podremos el 12 de diciembre, el Día de la Virgen de Guadalupe. No vemos salida a esta situación”. 

Lamentó que hasta el momento las autoridades estatales y municipales no hayan considerado un apoyo mínimo para ellos, pese a que son trabajadores que anteriormente no buscaban acceder a programas sociales.. “Mi esposa no tiene el programa de Salario Rosa, mis hijos no son becados y jamás le he pedido nada al gobierno, pero ahora necesitamos ayuda”.  

Explicó que sin éxito,  intentó acceder a programas de apoyo al desempleo, empero, no hubo espacio para él o sus compañeros del mariachi. Son ocho integrantes, algunos con hijos muy pequeños que necesitan leche o pañales, mientras que la mayoría debe pagar renta, colegiaturas y ahora, internet.  

“No le vemos final a esta tragedia, porque la gente sale a las calles, pero no a contratar una canción del mariachi. Muchos se han convertido en ruleteros de taxi, otros de plano intentan cantar en los autobuses, la mayoría, sólo pedimos poder trabajar”.  

(Foto: Elena Aguilar)