2020-11-22-la-onda-plana-56

La Onda Plana 82

Albazo a la vista 

Eric Rosas

Con la obligación que tiene el Congreso de la Unión para legislar una nueva Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación (LCTI) en las menos de seis semanas restantes de este pandémico 2020 y dado el ya muy nutrido historial de acciones autoritarias que ha caracterizado a la actual titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), la Dra. María Elena Álvarez-Buylla Roces, lo que uno puede esperar para el caso en que la presente administración efectivamente esté interesada en dar cumplimiento a sus obligaciones en esta materia, es un albazo legislativo. 

En los casi dos años que lleva la Dra. Álvarez-Buylla al frente del CONACyT, ella ha apuñalado por la espalda a su comunidad en varias oportunidades, incluso en flagrante violación al marco legal vigente. En semanas recientes retiró el estímulo económico a los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) que laboran en instituciones del sector privado. Pero meses antes había impuesto un nuevo reglamento del SNI que no fue consultado ni siquiera con los propios afectados y en el que desapareció el área temática de la biotecnología; tan importante en el desarrollo científico y tecnológico actual en todo el mundo. 

La Dra. Álvarez-Buylla desconoció al Foro Consultivo Científico y Tecnológico como órgano consultivo en materia de ciencia y tecnología, haciendo caso omiso del estatus y facultades que le otorga la ley aún en vigor a este cuerpo colegiado, y desoyendo la orden judicial que le obliga a entregarle los recursos correspondientes. La titular del CONACyT a expulsado indebidamente a sus críticos en las Comisiones Evaluadoras del SNI, así como en las Direcciones Generales de algunos de los Centros Públicos de Investigación bajo su coordinación. Este talante autoritario la ha alejado de la comunidad académica de México y, quizá por este motivo, y porque sus intenciones albergan casi exclusivamente el evidente e incontrolable deseo de concentrar el poder y la toma de decisiones del sector en su persona, es que sabe que cualquier propuesta de ley que provenga de su escritorio coartará la libertad de investigación y por ello será rechazada por la comunidad científica del país. 

Ya en agosto pasado la titular del CONACyT presentó ante legisladores un bosquejo de su Anteproyecto de Iniciativa de Ley General de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación. Sin dejar ver dicha propuesta, en esa oportunidad señaló que tal anteproyecto estaba siendo elaborado en el seno de un Comité Intersectorial establecido con la aprobación del presidente de la República e integrado por doce secretarías de Estado. Presumió también que en la iniciativa estaban participando numerosas instituciones académicas, organizaciones empresariales, asociaciones científicas, secretarías y dependencias federales, etc. Sin embargo, más de una treintena de asociaciones científicas del país, así como algunos colectivos de científicos, como ProCienciaMx, han desmentido repetidamente que conozcan la propuesta e inclusive han hecho pública la propia ante los medios y legisladores. 

Lo anterior lleva a sospechar que está gestándose la imposición de la nueva LCTI, al más puro estilo autoritario que caracteriza a esta administración federal. Es muy probable que pronto veamos un albazo, consumado con el mayoriteo que la fracción legislativa oficialista nos demostró ya cuando liquidó los fideicomisos públicos. Con ello se habrá esfumado la oportunidad de construir un nuevo Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, que entierre al fin al omnipotente y arcaico CONACyT. 

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 

23 de noviembre de 2020 


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Nacional
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