Don Damaso

“Creo que lo mejor que podemos hacer es tratar de alinearnos con lo que sentimos como bueno, intentar sacar algo en claro de nuestra confusión y en todo momento jugar la mano que nos ha tocado con elegancia y coraje.” 

Barack Obama 

MANO GANADORA: Con una estrategia novedosa, un trabajo en equipo formidable bajo el lema: Respeto, Empoderamiento, Inclusión, y, poniendo por delante todas sus fortalezas, acompañadas de sus habilidades para consumir y procesar información, se dio a la tarea de prender la mecha para detonar la pasión y conformar una ciudadanía comprometida y activa que lo llevó a la presidencia de los Estados Unidos. 

Además de ser muy bueno para jugar cartas y billar, Barack Obama es un buen político que resultó muy buen escritor. O un muy buen escritor y narrador de historias, que lo catapultó para dirigir la mayor potencia del orbe. Su último libro publicado la semana pasada, titulado <Una tierra prometida> que narra sus memorias para llegar a la Casa Blanca, incluyendo sus dos períodos como presidente de los Estados Unidos, en  su primer día de ventas agotó los casi 900,000 ejemplares, sin contar las ediciones electrónicas tanto en Kindle como en otros dispositivos que lo compartieron como en  WhatsApp. 

Narra su historia de amor con Michelle Obama recordando que a ella “le había emocionado la naturalidad con la que me relacionaba con las mujeres”. 

“Una de las cosas que aprendí siendo presidente es que lo que el presidente dice, importa mucho. Y aunque el presidente no pueda resolver todos los problemas, algo que la gente casi siempre espera que haga, sí que puede cultivar una manera de interactuar, de promover el civismo y de incentivar la comprensión de los demás”. 

Como este párrafo, subrayé varios que no tienen desperdicio, sobre todo en estos tiempos en que se avecinan las campañas políticas en nuestro país, les vendría bien a los aspirantes a las candidaturas, leer y aprender mucho de la manera de hacer buena política y de lograr presencia, posicionamiento y poder. Pero sobre todo, escuchar a las mujeres y empoderarlas como lo hicieron los Obama. 

Este libro es el primer tomo de dos que tiene planeado publicar, en el da varios consejos: “La política no tiene por qué ser lo que la gente cree que es. Puede ser algo más”. Si bien, no se conocen en su totalidad el monto de las ganancias generadas por esta brillante y singular pareja de políticos, escritores y académicos Barack y Michelle Obama, el “Financial Times”, dice que su contrato editorial con Penguin Random House, ascendió a 65 millones de dólares. A ello, habría que agregar un contrato millonario con Netflix para producir películas y documentales. 

Según “The New York Post”, los Obama han multiplicado por cien su patrimonio. Cuando llegaron a la Casa Blanca era de 1,3 millones de dólares. Ahora las estimaciones van hasta 135 millones de dólares. 

Para promocionar su libro, Obama concedió una entrevista al diario español EL PAÍS, en donde sentenció: Trump ha hecho mucho daño en EE UU y el resto del mundo. Ha vuelto a la casa de naipes doblando la apuesta. 

REYNA DE CORAZONES: Les compartía en la entrega pasada, detalles de la vida de Kamala Harris, virtual Vicepresidenta de los Estados Unidos, que narra en su libro: “Las verdades que sostenemos”, como su padre gustaba de llevarla al campo y le animaba a que corriera libremente. Kamala reconoce que sus primeros años fueron felices y sin preocupaciones. 

Platica como su madre le despertó desde niña el activismo político y el liderazgo cívico. De ella heredó su conciencia política y su voluntad de servir a los demás como una manera de darle sentido y propósito a la vida. La justicia social era una parte integral de las conversaciones familiares. Su madre solía repetirle constantemente:  No dejes que nadie te diga quien eres. Tú diles quien eres. 

Recuerda que desde niña aprendió a jugar ajedrez gracias a un tío, “al que le encantaba explicar las grandes implicaciones del juego: la idea de la estrategia, de tener un plan, de pensar las cosas anticipando varios pasos, de predecir las acciones de tu oponente y ajustar las tuyas para superarlo. De vez en cuando, me dejaba ganar”.