Aunque casi 90 años separan el inicio del gobierno cardenista con la actual administración, tiempo en el que el país y el mundo han experimentado grandes cambios; existen principios éticos y políticos del cardenismo vigentes y necesarios los partidarios de la cuarta transformación.

Ximena Barragán

Por ello, y por ser el más importante consumador de la tercera transformación del país, la Revolución, a cinco décadas de su muerte, la memoria de Lázaro Cárdenas es “una presencia entrañable e irrenunciable en la nación que estamos construyendo", aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

En el marco del 50 aniversario luctuoso del ex presidente, AMLO refirió a la herencia de su gobierno como “tan sólida y vasta, que la camarilla, el grupo neoliberal y oligárquico no logró destruirla en cuatro décadas en las que permaneció en el poder". 

Recordó la visión estadista y estrategia "sencilla y profunda", en la cual priorizó al pueblo, para después con su respaldo recuperar el petróleo y otros bienes de la nación, y se refirió a él como “una de las figuras históricas más importantes para el gobierno que represento". 

Por su parte, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, recordó a su padre como un hombre que dedicó su vida a “a las causas de  México, y aseveró que para honrarlo, "más allá de la lisonja del discurso", es necesario retomar con firmeza y entusiasmo  “el rescate pleno de la soberanía nacional, el romper las cadenas de la dependencia política y económica, manteniendo incólume la dignidad de la nación, el fortalecimiento político de los trabajadores del campo, la industria, el taller y los servicios mediante su organización, elevar las condiciones de vida de la gente, promover la paz y la convivencia fructífera entre las naciones.”

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