En el marco de una crisis y recesión económica sin precedentes para todo México, economistas llaman a la posibilidad de hacer deducibles al 100 por ciento las prestaciones que se otorgan a los trabajadores, lo cual afirman  tendría un impacto directo e inmediato en el poder adquisitivo de la clase trabajadora.  

Miguel García Conejo

De acuerdo con datos del estudio “Análisis del Incremento de la Deducibilidad de los Vales de Despensa: Impacto en el Ingreso y Empleo de los Trabajadores ante la Crisis del COVID-19”, presentado por la Asociación de Sociedades Emisoras de Vales A.C. (ASEVAL) esta medida por si sola representaría un incremento del 4.3 por ciento del poder adquisitivo de los hogares de menores ingresos. 

Mientras que la razón costo-beneficio de la medida, se dice, implicaría ingresos adicionales directos a los trabajadores; pues por cada mil millones de pesos de pérdida fiscal neta, se generarían mil 223 millones de ingresos adicionales directos a los trabajadores formales. 

El documento, avala la propuesta que se estudia en el Congreso de la Unión, para hacer deducibles al 100 por ciento las prestaciones sociales que se otorgan a los trabajadores. 

La deducibilidad  al 100 por ciento se indica podría ayudar significativamente a los trabajadores del país, pero en particular a aquellos de bajos ingresos, al incrementar su poder adquisitivo, pues permitiría  a los patrones deducir las prestaciones de previsión social en su totalidad, tal como existía previo a la reforma fiscal de 2014. 

Los vales de despensa han sido de gran utilidad para los hogares, debido a que durante esta etapa difícil a nivel mundial los vales de Despensa han sido una herramienta socialmente eficaz para amortizar los efectos del COVID-19. 

Lo anterior, ante la propuesta de derogar la fracción XXX del artículo 28 con respecto al porcentaje de deducibilidad establecido actualmente, por concepto de previsión social. 

Datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), elaborada por el INEGI, revelan que el 82 por ciento de los vales de despensa se destinan para la compra de alimentos y bebidas, 14 por ciento al cuidado personal y del hogar, mientras que 4 por ciento se usa para adquirir medicamentos. 

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