MAPAS, BRÚJULAS, TESOROS ® 

Daniel Cortez 

Como un explorador cada día que pasa busco diferentes caminos para llegar a ti. Paso a paso, lunar por lunar, desde una mirada hasta el eco de un gemido perdido en el abismo de un beso, voy descubriendo las ciudades, bosques, desiertos y el agua salada. Añorarte en esta búsqueda es el pecado más hermoso del que me puedo alimentar para sobrevivir a las noches, es la miel derramada en la fruta prohibida que envenenaría a un diabético aún en el agridulce semblante que porto. 

Entonces el encanto funciona cuando el tiempo encuentra eternidad en la mirada de la luna, todo esto se siente en el momento donde nos abrazamos al sentimiento, mientras entretejemos nuestras vidas que van más allá de la pasión, porque tú y yo somos amigos, cómplices, enemigos, amores lejanos cuando nos separa la noche, amores prohibidos cuando los días nos alejan. Nuestra piel sale sobrando, nos quedamos viendo y los ojos imaginan la locura de una vida juntos, de la mano, descubriendo lugares en el alma al compás de los latidos del reloj.  

A veces intento crear mapas de cómo llegar a ciertos oasis, a rincones profundos de dulces caminos y húmedos encuentros, que busco desde las costillas hasta en tus curvas más peligrosas, sin brújula me pierdo en los lugares que jamás había explorado, colisiono en tus codos, me detengo en tu nuca, me alimento de cada uno de tus poros, mis labios son la línea que ha pintado el lugar secreto, a ese donde sólo yo he podido explorar… 

Me pierdo en tus manos aun sabiendo donde estoy, me pierdo en tu cintura entendiendo que voy a encontrarte, me pierdo en el mapa de tu cuerpo, me pierdo en tu sentimiento, y aunque yo establecí el camino al tesoro que guardas en el pecho, me pierdo en ti. 

Foto de Caryn en Pexels