LLAGAS EN LA SALIVA © / DESPUÉS DE CONSUMIR MI PIEL © 

Daniel Cortez 

LLAGAS EN LA SALIVA 

Hace un tiempo comprendí que lo etéreo de los sueños es un motivo para hacerlos realidad, que en cada batalla uno pierde tanto, que si no obtiene la victoria, al final no quedará un respiro. 

Han pasado demasiadas lunas y soles cubriendo la dualidad, en mis pies las llagas del camino recorrido aún tienen signos de dolor de las noches desérticas, con el sentir destrozado y las lágrimas a flor de piel: bañarse en agua salada es una forma diferente de contaminar el presente. 

Entonces cuando volteo a ver el trayecto, observo las huellas de un ayer que forjó una personalidad dentro del caos encerrado en un lamento, miro el motor de todo, el que estaba lleno de heridas, cada una recordando un nombre. 

Hace tiempo comprendí que aprendí a vivir en soledad sin sentirme solitario, en reconstruir el corazón las veces necesarias derramando sangre, porque cada cicatriz tiene sus letras, mundos donde los poemas dieron fe al amor en diferentes circunstancias, que las palabras de alivio las dieron las musas que abrieron una nueva herida aún más grande para olvidar la pasada… por eso me gustan las flores que tienen espinas, esas que dejan un beso dulce en los labios y llagas en la saliva. 

DESPUÉS DE CONSUMIR MI PIEL 

Se desvanece en la arena el camino de la noche, algún día pasaran las estaciones dejando hojarasca, al pisarla exclamara el quejido de la veneración de la naturaleza; En ese momento entenderé que el recorrido ha llegado a su fin, agradeceré  cada sinfonía que le dio vida a mis sentidos y dejaré que el cuerpo sea un lugar libre en el tiempo. 

Ese día me convertiré en polvo después de consumir mi piel, llegaré a los lugares donde el viento se le ocurra levantarme, no volveré a ser huesos, quizá termine donde la marea deja espuma, y ese día volveré a ser vida.

Foto de Caryn en Pexels