¿Sirve de Algo Medir la Felicidad en Lugar de la Productividad en México?  

Lucio Ramírez Medina*

El pueblo mexicano siempre se ha declarado mayoritariamente feliz, sin importar las condiciones adversas y esa felicidad se atribuye a su espíritu profundamente religioso en algún momento, a su anhelo permanente de mejores oportunidades para los hijos, y hasta a su decepción por las autoridades que lo gobiernan en los municipios, los estados y el país, por lo que a nadie extraña que el actual gobierno federal haya decidido medir la felicidad en lugar de la productividad.  

Tener vida, salud, libertad, familia y trabajo es más que suficiente para considerarse felices en el mexicano promedio, y de esa convicción han abusado los gobiernos de todos los tiempos en México para alentar la ilusión de que lo único que importa en ser felices, sin importar la condición de bienestar ni la expectativa de progreso que se tenga, en tanto quienes ostenta el poder se aseguran las mejores garantías de seguridad económica para sí y sus futuras generaciones.  

Es cierto que los grandes filósofos de la antigüedad, como Aristóteles, sostenían que ser feliz era sinónimo de autorrealización; o como Epicuro que decía que la felicidad consistía en conseguir evitar el sufrimiento mental y físico. Pero una cosa es el estado ideal del espíritu y otra los medios materiales para alcanzarlo, como la educación, el trabajo, el salario digno, la vivienda, el acceso a los servicios básicos, el esparcimiento, la cultura y el deporte.  

Bienestar familiar y felicidad, entonces, se convierten en conceptos fácilmente manipulables por parte de los gobiernos en tuno para evadir sus obligaciones y responsabilidades de generar condiciones adecuadas para el sano desarrollo de las familias, empujándolas a la sola ilusión de que basta con ser felices sin importar las condiciones económicas lastimosas en que se viva.  

De acuerdo al proyecto del MiIenio de la ON, en el primer lugar de Felicidad Interna Bruta (FIB) está Finlandia, le siguen Noruega y Dinamarca; México ocupa el lugar 23 y es más feliz que Brasil, España, Francia y Japón que se ubica en el lugar 54 y Rusia en el 59, aunque todos ellos tienen un Producto Interno Bruto (PIB) mayor que México. 

Por tanto, ni el dinero da per se la felicidad, ni ésta el bienestar. A trabajar, pues. 

*Licenciado y Maestro en Periodismo   

lurame_3@hotmail.com 

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