2020-07-13-la-onda-plana-36

La Onda Plana 62

Los olvidados 

Eric Rosas

El pasado 23 de abril la actual directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) hizo su aparición en la conferencia vespertina, para vituperar nuevamente a la ciencia y agraviar aún más a la comunidad científica de México, con la que ha ensanchado la brecha desde su llegada al cargo. Pero la infausta funcionaria no se conformó con lo anterior, sino que temerariamente prometió que, bajo la coordinación de la dependencia a su cargo, un consorcio de empresas y centros públicos fabricarían 700 ventiladores que entregarían al sector salud el ya muy lejano 15 de mayo, para mitigar la demanda de estos equipos médicos en el que, se dijo en entonces, sería el momento álgido de la pandemia. 

El escándalo siguiente se dio a raíz de la iniciativa del partido en el poder para desaparecer los fideicomisos, y ante la que la directora guardó un silencio cómplice, dando de nuevo la espalda a la comunidad científica, de la que ella insiste provenir. Semanas más tarde la noticia es que la encargada del CONACyT sigue sin entregar los recursos que le corresponden al Foro Consultivo Científico y Tecnológico, en flagrante desacato a la ley tras la orden que le fuera dada por un juez hace tiempo. 

Pero en medio de este cúmulo de ilegalidades, arbitrariedades y agresiones para los científicos de nuestro país, la actual directora general del CONACyT actúa de manera aún más deplorable contra aquellos miembros de la comunidad más desamparados y que constituyen el talento joven que podría ofrecerle un futuro distinto a México: sus becarios de posgrado. Conforme al padrón de beneficiarios con becas del CONACyT, publicado por la dependencia el pasado 16 de abril de este año, a esa fecha había 53 mil 234 jóvenes becarios cursando algún programa de maestría o doctorado. La inmensa mayoría, 50 mil 65, lo hacían en México, mientras que tres mil 169 en el extranjero, principalmente en los Estados Unidos de América, España y el Reino Unido, todos estos, países en los que la covid-19 ha afectado superlativamente la vida diaria de sus sociedades y universidades. 

Cuando el SARS-CoV-2 inició su azote, los gobiernos debieron ordenar la suspensión de actividades académicas y en algunos casos éstas se han visto interrumpidas por varios meses ya. Universidades como la de Cambridge han anunciado que incluso sus cuatrimestres del 2021 podrían tener que llevarse a cabo en línea. Circunstancias como estas han obligado a los estudiantes a ralentizar sus ritmos de trabajo. Si bien algunas actividades pueden efectivamente seguirse a la distancia, otras necesitan del acceso a los laboratorios, a las instalaciones de cómputo, a las muestras poblacionales sujeto de sus investigaciones; todos ellos elementos y herramientas que no están disponibles al cien por ciento por ahora. 

Esto ocasionará que los resultados que los becarios esperaban lograr para alguna fecha en particular, probablemente no podrán ser alcanzados y con ello la obtención de sus grados se verá irremediablemente diferida. La pandemia terminará forzando a los becarios a solicitar prórrogas para culminar sus investigaciones a satisfacción de sus universidades y poder obtener los grados correspondientes. Esta obviedad a los ojos de todos, no lo es para la directora del CONACyT, quien en días pasados rechazó insensiblemente la solicitud que le hicieron becarios en México. De no reconsiderar, María Elena Álvarez-Buylla Roces estará segando las vidas profesionales de miles de mexicanos jóvenes y talentosos.  

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 


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Nacional
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