2020-06-17-las-universidades-durante-el-covid-19

La transformación en torno a la vida universitaria que causó el covid-19

Cuando Fabiola Ramírez Cuenca imaginó cómo sería su primer año en la Universidad Autónoma del Estado de México, imaginó conocer gente nueva y explorar nuevos lugares. Vincularse con su nueva compañera de cuarto y participar en su momento en la estación de radio universitaria. Planeaba encontrar mentores en sus profesores, que enseñaran su comunicación de masas.

Aranxa Albarrán

Pero para Fabiola y miles de estudiantes universitarios entrantes, la realidad que se ha establecido en esa universidad será muy diferente en la época de la pandemia de Covid-19.

"Muchos eventos y cosas que realmente recrean a una vida universitaria no sucederán: juegos de fútbol, ciertos eventos estudiantiles, congresos, seminarios, todo ese tipo de cosas", mencionó la estudiante. 

Las universidades de las que hay más de 5 mil en el Estado de México, han estado planeando un recuento de cómo la universidad todavía puede conllevar a tener una vida “universitaria”, una vida de actividades sociales, vivir con compañeros en casas de estudiantes, clases de conferencias gigantes, juegos deportivos y fiestas en casas de compañeros, en medio de una pandemia donde el distanciamiento social es clave para prevenir un brote.

La mayoría de las instituciones en el país cerraron sus puertas a mitad de marzo como órdenes gubernamentales, a los estudiantes y profesores, moviendo todas las clases en línea a "Universidad Zoom", el término que los estudiantes han utilizado para referirse a su experiencia de aprendizaje en línea. 

Ahora que ha llegado el verano, los administradores universitarios están tratando desesperadamente de planear cómo un campus puede funcionar durante una pandemia.

Los funcionarios de salud pública dicen que los casos de coronavirus en las instituciones son prácticamente inevitables, dada la naturaleza unida de la vida universitaria. Si aparece un caso de Covid-19, es posible que las clases deban suspenderse temporalmente y los estudiantes necesiten aislarse.

A pesar de los riesgos de nuevas infecciones y brotes, muchas instituciones han anunciado que invitarán a los estudiantes a volver a espacios académicos en otoño, con algunas advertencias importantes.

Múltiples instituciones han dicho que están buscando permitir que sólo una parte de la población estudiantil esté en el campus a la vez. Los planes se centran en permitir solamente una cuarta parte de la población estudiantil que atiendan clases e ir rotándolos durante los días para evitar las aglomeraciones. 

Otras escuelas en el mundo están buscando deshacerse de los descansos entre clases para asegurar que los estudiantes no salgan del campus y regresen con el virus. Aunque puede ser más fácil para las instituciones impartir clases únicamente en línea, los campus y la interacción entre profesores y estudiantes son vistos como elementos esenciales del aprendizaje, y una parte clave de la experiencia universitaria.

Para Rebeca Mena, que será estudiante de último año en la Universidad Mexiquense del Bicentenario el próximo año, estar en la escuela también significa que puede encontrar lugares tranquilos para hacer el trabajo. Hacer clases en línea en casa ha sido difícil con sus dos hermanos menores de seis y doce años.

 "Mi enfoque se puede romper con bastante facilidad. Por eso prefería ir a la universidad y estudiar en cualquier lugar en vez de mi casa. Estaría en la biblioteca, estaría en la cafetería o área verde. Nadie está ahí para molestarse, estás solo a solas contigo y tus pensamientos.” Dijo Mena.

La decisión de si seguir la universidad durante una pandemia probablemente golpeará a los estudiantes de clase media y de bajos ingresos más duros, una población de estudiantes que tienen tasas más bajas de título universitario que los estudiantes más ricos. En 2017, el 78% de los estudiantes de entre 18 y 24 años de las familias con más recursos económicos fueron a la universidad, en comparación con el 48% de los estudiantes de la misma edad de las familias más pobres. 

Las instituciones privadas también verán una disminución en la inscripción, especialmente sin estudiantes internacionales, que traen alrededor de 2 mil 500 millones de pesos en matrícula al año. Algunas universidades podrían perder hasta 100 millones de pesos en ingresos este año con la caída en la matrícula de estudiantes internacionales y nacionales. Sin embargo, ya docenas de escuelas han arrasado con miembros de su equipo de trabajo e instituido congelaciones de contratación.

Foto: Especial Portal


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