2020-06-15-la-onda-plana-32

La Onda Plana 58

Alfabetismo científico en gobernantes 

Eric Rosas

La pandemia de covid-19 ha traído a la discusión internacional la importancia que tienen la ciencia, la técnica y la tecnología al momento de fundamentar la toma de decisiones por parte de los gobiernos de los distintos niveles, nacional, regional y local. La manera tan cruda como esta pandemia ha desnudado las fortalezas de algunos gobernantes y las carencias de otros más en todo el mundo, ha dejado ver que el grado de alfabetismo científico-tecnológico correlaciona directamente con la racionalidad y efectividad de sus decisiones, sus políticas y sus acciones.  

En Alemania, por ejemplo, donde la canciller Angela Dorothea Merkel posee una licenciatura en física y un doctorado en ciencias con especialidad en química cuántica, su alto nivel educativo se ha reflejado en el manejo que le ha dado a la crisis de salud. Su discurso y actuación han sido siempre claros, pulcros, lógicos y científicamente fundamentados, algo que puede articular y ejecutar con efectividad  porque su entrenamiento profesional en ciencias exactas le ayudó a desarrollar una profunda capacidad de análisis y un apego al método científico, que se basa en la observación objetiva de los fenómenos, la experimentación y la evidencia. 

En contraste tenemos el caso de México, donde el discurso del primer mandatario ha llegado al extremo de sugerir que las enfermedades pueden aliviarse o no, dependiendo de la subjetividad del comportamiento individual. Las acciones emprendidas por el Poder Ejecutivo Federal han sido erráticas, irracionales y hasta contradictorias. Ha negado la realidad proporcionada por la evidencia científica, como sucedió al contradecir la recomendación del uso de cubre bocas emitida por la Organización Mundial de la Salud. Ha tomado decisiones carentes de sustento, como la relajación de las medidas de confinamiento decretadas sin contar con elemento alguno que las respalde científicamente, como podría haberlo sido mediante la aplicación de pruebas genéticas para identificar contagiados. 

Pero en medio de esta actuación irracional, el alfabetismo científico-tecnológico de algunos gobernantes locales ha comenzado a emerger y les ha motivado a corregir su toma de decisiones para fundamentarlas en la objetividad del conocimiento y, por ejemplo, en la Ciudad de México, la jefa de gobierno –  también física, y maestra y doctora en ingeniería, energética y ambiental, respectivamente –  ha anunciado que retornará a la ciencia, aplicando pruebas para apoyar sus decisiones a medida que la capital del país retome su actividad. 

En una época en la que la información se tiene en la palma de la mano, literalmente, y los avances científicos y tecnológicos se aceleran vertiginosamente, es menester que la población en general, y los gobernantes en particular, aumenten su alfabetismo científico-tecnológico al mismo ritmo. El gobernante del futuro debe tener la capacidad para comprender los fundamentos científicos que subyacen a los fenómenos naturales y sociales, por igual. Debe propiciar el aprecio por la ciencia y la tecnología entre los ciudadanos y rodearse de colaboradores que sean verdaderos especialistas y así puedan apoyarle en la toma de decisiones. No relegar ni marginar la participación de la sociedad civil organizada avocada a la promoción y al desarrollo de la ciencia y la tecnología sino, por el contrario, valorarla y fomentarla. Tarea aún pendiente en muchas administraciones del país, entre ellas la de la propia capital del Estado de México. 

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 


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Nacional
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