El regreso a la antigua normalidad, es decir volver al trabajo, la rutina y antiguas obligaciones podría no hacer felices a todos, principalmente aquellos que no han encontrado estabilidad, orden y disciplina en el confinamiento. 

Miguel García Conejo 

De acuerdo con el psicoterapeuta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gerardo Mora, en este grupo también están aquellos que, sin decirlo, realizan un trabajo que no les gusta y que lentamente avanzan el día para volver a su rutina. 

“Las relaciones interpersonales, si por un lado las violencias que se juegan en el trabajo también nos hacen sufrir, qué entendiéramos por sufrimiento, las  relaciones interpersonales y las violencias, pero hay otras formas de sufrir en el trabajo como, por ejemplo, la insatisfacción; alguien me, acuerdo, fue a tratarse y me comentaba que tenía insatisfacción crónica, que nada de lo que hacía en ese momento lo hacía sentir bien, nada sentía que era suficiente para su necesidad de estar tranquilo”.  

El especialista llama a los trabajadores a cuestionarse cómo se encontrarían física y mentalmente si esto no hubiera pasado, advierte que uno de los males que generan frustración en las personas es idealizar el pasado. 

“Estaríamos lamentándonos, quizá, como todo el trabajo que se tiene, se piensa mucho en el lenguaje cotidiano, el que tenemos en el trabajo, cuando le preguntas a una persona ¿cómo estás?, la mayoría responde ‘Estoy bien, pero tengo mucho trabajo’, esa es su forma de expresarse cotidianamente, ‘Bien pero con mucho trabajo’, como que lo dicen con un pesar muy grande”. 

Ya sea por insatisfacción, necesidad, o violencia en el trabajo, este sector  corre el riesgo de experimentar depresión una vez que llegue el día de volver a la normalidad. recomienda a los trabajadores en este escenario a motivarse al sostener que el lenguaje crea realidades y la forma en la que describimos nuestra realidad si puede repercutir en nuestro estado de ánimo. 

(Foto: silviarita)