Teletrabajo, ¿qué retos debe superar para quedarse?
Levante la mano quien NO ha escuchado a su jefe decir la siguiente frase cuando se trata de evaluar el desempeño laboral: “estoy consciente de que Ramón no hace nada, pero no pueden negar que nunca falta y siempre está en su lugar”, o qué tal ésta: “si no venimos a la oficina la gente va a pensar que no trabajamos”.
El teletrabajo es una realidad que nos alcanzó, y más nos vale ponernos las pilas para aprender a convivir en esta nueva realidad.
La primera agradable sorpresa con que encontramos los que hacemos teletrabajo es que descubrimos gratamente que los trabajadores cumplidos en la oficina, los que siempre levantan la mano para los retos más difíciles, ellos mismo lo volvieron a hacer, fueron los primeros que se adaptaron a la nueva realidad. No existieron nuevos héroes.
Sucedió lo mismo con aquellos trabajadores que nunca sabíamos de ellos, pero que siempre están en la oficina, siguieron sin aporta mucho para levantar el barco en plena crisis.
Hace unos días participé en conversatorio virtual sobre homeoffice, donde hice el planteamiento central de que, al menos en el sector público, el punto de arranque es la reglamentación que permita incorporar esta nueva forma de laborar en los contratos colectivos, de tal forma que el propio trabajador pueda invocar su derecho a teletrabajar si considera que la autoridad de su centro de trabajo no está cumpliendo con las condiciones sanitarias que garanticen su salud.
Dado que no podemos sentarnos a esperar la legislación en la materia, lo que si podemos es ir tratando de resolver algunos de los retos que plantea en este momento el Home office, los enumero:
- Medir la productividad a partir de aprender a generar trabajos concretos con órdenes precisas. Si las empresas tecnológicas lo están haciendo, el sector público también puede hacer sus propias mediciones.
- Dejar de argumentar que, si todas las empresas, entre ellas bares, gimnasios y restaurantes ya están abriendo, es posible regresar a las oficinas. Recuerden que los bares no pueden teletrabajar.
- Argumentar que es un delito sacar información de la oficina, implica pensar como funcionario del siglo XX. No va a pasar nada con esa documentación, a menos que sean pagarés o dinero en efectivo.
- Superar las envidias derivadas del: ¡por qué él si va a la oficina y yo tengo que estar en mi casa!, así como repetir hasta el cansancio que no hay igualdad o hay consentidos del jefe, asunto bastante viejo e irrelevante.
- Tendremos que olvidarnos por un rato del mayor consejo que todos escuchamos por nuestro primer jefe: “Ramón, si quieres sobresalir en este trabajo hay que estar al pie del cañón”, lo que se traducía en llegar antes que el jefe e irse después de él, un vicio de la administración pública por superar.
No lo incluyo como reto, pero también quiero destacar la reflexión de la secretaria del Trabajo, Martha Hilda González, quien señaló la necesidad de armonizar vida familiar y laboral. “Ese equilibrio que es tan complicado de lograr en esquemas de trabajo tradicional, se vuelve aún más complejo cuando tenemos a la vista un trabajo doméstico que esté pendiente de realizar y tengamos que replantear nuestro calendario para atender cuestiones laborales y personales”. Cierto.
*Consultor en Gobernova
@CuevasRamon contacto@gobernova.com.mx @gobernova www.gobernova.com.mx
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