Una de lo sectores más afectados por las medidas de mitigación de la epidemia por CoVID-19 es, sin duda, el educativo. En todo el mundo la suspensión de clases fue una de las primeras acciones de distanciamiento social tomadas a nivel mundial, obligando a profesores y estudiantes a migrar a plataformas digitales y otras herramientas tecnológicas para continuar con los programas de estudio.  

Ximena Barragán  

Nuevas dinámicas de clase, tareas y valoraciones para evaluación, han presentado desafíos y oportunidades de desarrollo para los involucrados; también se han evidenciado problemáticas en el sistema educativo, así como de índole social.  

México es un país con una población en condiciones de precariedad en el que el 58 por ciento de la población vive con un ingreso inferior a la línea de pobreza, esto representa un problema para la adaptación de clases virtuales, puesto que no toda la población estudiantil tiene acceso a las herramientas tecnológicas y digitales adecuadas.  

Así, además de la asignación de tareas y resolución de dudas (que pueden quedar sin resolver en el proceso de educación presencial guiado por los padres) , la evaluación puede prestarse para injusticias, pensando que la calificación más alta sería para quienes logren mejores condiciones de conectividad con sus profesores.  

Así lo reconoció, Rodolfo Cruz Bustos, profesor de la Unidad 151 de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) de México.  

En el marco de la mesa redonda virtual “Presente y futuro de las escuelas en situación de pandemias y confinamientos”, organizada por El Colegio Mexiquense y coordinada por Carlos Escalante Fernández, profesor-investigador de la institución, Cruz Bustos, María Noel Mera, integrante de la Red Interinstitucional de Formación en Investigación Educativa (RIFEI), y Camila Pérez Navarro, investigadora posdoctoral del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad O’Higgins de Chile, compartieron experiencias y perspectivas respecto al presente y futuro de la educación, a partir de la pandemia.  

Aunque las vivencias personales de cada uno han sido distintas, todo los participantes coincidieron en que la migración a las plataformas tecnológicas en la educación ha sido oportunidad para detectar áreas de oportunidad en el sistema educativo, así como revalorizar el papel social de la escuela, como espacio de aprendizaje y encuentro social.  

La escuela, representa además del espacio de transmisión de conocimiento de una generación a otra, un espacio propicio para el desarrollo de social, en el cual se establecen vínculos y los niños y jóvenes aprenden a desempeñarse en sociedad. Cumple además con funciones como el monitoreo de situaciones de vivienda y facilita la distribución de ayudas gubernamentales.  

Concluyeron pues , que si bien la escuela es una institución histórica que surgió en un momento determinado, éste no es aún el momento de su desaparición, sino de su fortalecimiento y mejora.  

Foto: Especial Portal