En México hace falta oferta creativa enfocada a compañías de ballet contemporáneo y a la generación de un un nuevo lenguaje “hay coreógrafos clásicos o contemporáneos , pero hay pocos que se atrevan a experimentar con fusiones”, consideró Jasmany Hernández, director artístico de la Compañía de Danza del Estado de México.  

Ximena Barragán  

El cubano ex bailarín de la Compañía Nacional de Danza, considera que la incursión en nuevos estilos dancísticos  y búsqueda que un lenguaje propio en las compañías debe trabajarse desde el entrenamiento: desde el dictado de la clase, la selección de ejercicios y movimientos, talleres, colaboraciones y residencias artísticas; así como la visión de un coreógrafo residente  que compagine con las intenciones de la compañía permitirán a un grupo constituir un repertorio que lo represente ( Yazmín Barragán para el caso de la CDEM).  

El estreno de piezas originales contribuye precisamente a la creación de una identidad artística, así como al acercamiento de las audiencias a la danza, quienes, de cierta manera influirán en la curaduría de programas pues es necesario considerar sus preferencias para asegurar el éxito de una temporada y así poder generar recursos y fortalecer al grupo y al propio sistema dancístico nacional, reflexionó Dariusz Blajer, director del Ballet de Jalisco.  

Ambos profesionales de la danza coincidieron en la importancia de la creatividad para hacer frente a los retos de producciones condicionadas por recursos económicos a veces limitados, así como la necesidad de acercar al público a la danza clásica y neoclásica mediante una publicidad “más evidente” en los medios masivos.  

Los colegas coincidieron en el conversatoria “El panorama de la danza en México en el Siglo XXI”, enmarcado en las actividades de la tercera edición del Festival Danzatlán.  

(Foto: Redes)