2020-05-04-la-onda-plana-26

La Onda Plana 52

Pruebas primero, apertura después 

Eric Rosas

Luego de varias semanas de mantener el confinamiento la situación comienza a volverse estresante. A la gente se le vuelve más complicado seguir sin salir de sus casas, por diversos motivos, y a la economía también le resulta muy difícil mantener su inactividad. Ante las presiones que de ello derivan, muchos gobiernos comienzan a explorar las posibilidades de terminar con sus cuarentenas. Principalmente en Europa, pero también en América, algunos países han anunciado que este mismo mes de mayo, iniciarán con levantamientos paulatinos del confinamiento. Pero este relajamiento, si resultara precipitado o no se realizara con el cuidado suficiente, podría revertir súbitamente el épico esfuerzo que ha hecho la población de todo el mundo; echando por tierra el tiempo que hasta ahora se ha ganado a la pandemia, mientras los científicos trabajan sin parar en la búsqueda de una vacuna, y asestando un tiro de gracia a la economía global. 

Para que un virus se propague de manera exponencial — sin control — en una población es necesario que se cumplan tres condiciones: que exista al menos una persona infectada con el virus; que no haya restricciones para el contacto entre las personas sanas y los individuos infectados de la población; y que la proporción sana de la población sea relativamente abundante. Este último requisito significa que, mientras haya muchas personas susceptibles de ser infectadas, al virus le resultará más probable encontrar alguien a quien contagiar. Es por este motivo que una restricción de contacto, como los confinamientos realizados, sirve para reducir esta proporción de población "disponible" para ser infectada. La otra opción para disminuir esta fracción de población expuesta a contraer la enfermedad es la inmunización mediante una vacuna, que aún no se tiene. 

Según algunos modelos estadísticos, en el caso de ausencia de vacuna, la "inmunidad de rebaño" — el porcentaje de la población inmune que se requiere alcanzar para frenar la libre dispersión del virus —, se logra con aproximadamente el 40 % de personas recuperadas luego de haber sido contagiadas. Proporción que por ahora, en ningún país del mundo se ha alcanzado. De acuerdo al Banco Mundial la población de todo el orbe en 2018 fue de siete mil 594 millones — hoy en día es mayor —, mientras que al momento de escribir esta columna, el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins reportaba que en el mundo ha habido tres millones 452 mil infectados — 245 mil ya no continúan vivos —, es decir, actualmente no se tiene inmunizada ni siquiera al 0.05 % de la población mundial. Esto implica que la población sana y susceptible de contagiarse con Covid-19 es aún vasta y la única medida que puede protegernos efectivamente es la que elimine el contacto: el confinamiento. 

En este escenario los países deberán ensayar esquemas de apertura muy controlados; muchos de ellos basados en modelos estadísticos inferenciales, en los que la construcción de la muestra poblacional es clave. Por supuesto que ninguna muestra estadística, por representativa que sea, constituye "... un método más eficiente..." — como aseguró erróneamente el subsecretario el jueves pasado — para indagar la realidad, que el conocimiento de la población completa. Y es por este motivo que la relajación del confinamiento sólo puede sustentarse en muestras estadísticas basadas en la realización de suficientes pruebas clínicas. 

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 


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Nacional
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