Estar detrás de las rejas no ha impedido que los reos mexiquenses sean una comunidad vulnerable al COVID-19, pues ya cuatro personas privadas de la libertad fueron confirmadas con un diagnóstico positivo y 19 más son sospechosas. 

Miguel García Conejo 

Para evitar que el virus SARS-CoV-2 se propague en las poblaciones de los penales, tanto los sospechosos como los casos confirmados de la enfermedad conocida coloquialmente como coronavirus humano han sido trasladadas al penal de Nezahualcóyotl, en donde se adaptó un área para poder atender a los pacientes. 

De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad mexiquense, al momento ninguno de los presos ha presentado signos graves de la enfermedad, pero para evitar un mayor número de contagios, en especial en el Penal de Cuautitlán, este lunes se organizó el traslado de los reos del centro penitenciario antes mencionado a Neza Norte. 

El traslado fue supervisado por la visitaduría regional de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México. 

Actualmente el penal de Nezahualcóyotl Norte se encuentra acondicionado y equipado en su totalidad para recibir al menos a 200 Personas Privadas de la Libertad que sean casos sospechosos o confirmados. 

En dicho penal se estableció un espacio específico para el aislamiento de posibles casos, para no poner en riesgo al resto de los reclusos. 

Para ello, fue adquirido material clínico y sanitario necesario para prevenir y atender casos de contagio, tales como cubrebocas, gel antibacterial, guantes, cofias, termómetros, entre otros implementos, además de establecer el “Protocolo General de Caso Sospechoso o Confirmado de Covid-19 en los Centros Penitenciarios del Estado de México” y el “Protocolo Médico de Reporte y Atención ante Caso Sospechoso o Confirmado de Covid-19 en los Centros Penitenciarios del Estado de México”. 

Para evitar que los reos de cualquier centro de prevención y readaptación social se infecten, se concedió la ampliación de horarios y descuentos del 50 por ciento en llamadas telefónicas; se restringió el ingreso de un solo familiar por reo y mismo que debe acatar el uso obligatorio de cubrebocas y que aplica también para el personal penitenciario. 

Además, desde hace poco más de un mes se redujeron los horarios de visitas, igual que se restringió el acceso a adultos mayores de 60 años, niñas y niños, mujeres embarazadas o personas vulnerables con enfermedades. 

Foto: Matthew Ansley en Unsplash