Nuestra libertad interior….. en tiempos del COVID 19
Estimado(a) lector(a)!!! Le saludo cordialmente a usted, y a su apreciable familia en medio de la contingencia sanitaria que nos ha llevado a “permanecer en casa”, como prevención para evitar una alta propagación del virus a fin de que podamos entre todos, autoridades y población prever en un momento dado, la saturación de los espacios de servicios hospitalarios.
Querido(a) lector(a)..,¿No será que ésta pandemia nos lleva a descubrir nuestra vulnerabilidad para sacarnos de la autosuficiencia en la que hemos caído a partir de las falsas seguridades que nos hemos creado desde lo aparente y efímero en que la ideología materialista nos ha envuelto y que, poco a poco hemos ido cediendo, haciendo a un lado nuestras necesidades de orden espiritual para concentrarnos en un fatigoso intento de “vivir” con tanta rapidez que nos “hemos olvidado de vivir.., perdiendo sin querer lo mejor que tenemos, como Julio Iglesias parafraseaba en su canción “Me olvidé de vivir”.
Se nos pide “QUÉDATE EN CASA ”, pues es la mejor manera de cuidarnos y cuidar a los demás. Acción que nos lleva necesariamente a “estar con nosotros mismos”.., a lo que el Papa Francisco ha llamado “nuestra casa interior”…... ¿Qué podremos descubrir en el interior en ésta tregua que la vida nos ofrece?......Muy seguramente hallaremos que no somos invencibles, haciendo conciencia de la autosuficiencia en que hemos caído.., de nuestra propia finitud, que es otro tema que nos impacta en la actual circunstancia.
Asimismo, se nos presenta también la oportunidad de elegir la humildad para asumir nuestras limitaciones. ¿Podremos acaso aceptar que ni la riqueza ni y el poder evitarán que seamos contagiados y aún, que la misma muerte nos pueda alcanzar si es que perteneciéramos a un grupo vulnerable en caso de que el coronavirus nos atacara?.
En éste contexto.., sería interesante revisar el uso que estamos haciendo de nuestra libertad en la toma de decisiones día con día y muy probablemente sin ser conscientes que el don de esa libertad posee distintas dimensiones. Por un lado, la libertad física, que corresponde a la libertad de movernos sin obstáculos, se refiere a las facultades exteriores de la persona. De modo que, una persona encadenada o en prisión o aún imposibilitada de moverse o minusválida, puede conservar su libertad interior, la cual trasciende, llega más allá del hombre mismo. Es lo que hemos llamado libre arbitrio y se refiere a la posibilidad de “elegir” y es precisamente a través de nuestras elecciones que nos construimos día a día.
Hoy, en ésta pandemia.., ¿elegimos “QUEDARNOS EN CASA” para nuestro cuidado personal y comunitario?
Viktor Frankl destacó la libertad interior en su experiencia en distintos campos de concentración en la segunda guerra mundial. El testimonio que nos comparte en su libro “El hombre en busca de sentido” es el siguiente:
Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba….. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino.
Frankl rescata también que…. el modo en que un hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que éste conlleva, le da muchas oportunidades, --incluso bajo las circunstancias más difíciles---, para añadir a su vida un sentido más profundo……¿ Qué sentido “elegimos” darle a las actuales circunstancias?..,¿ cómo elegimos vivirlas en lo personal.., en lo familiar.., en lo social???.......¿Podremos acaso replantearnos el valor de lo esencial... como el don de la vida.., el valor de cada persona..,el valor permanente de la familia.., el valor del amor como motor fundamental para que la humanidad siga caminando…….el valor de nuestra libertad interior?....... que en palabras de Frankl ésta última corresponde “a esa libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar y que es lo que hace que la vida tenga sentido y propósito”
“Regresar a casa” puede representar la oportunidad que a la humanidad nos brinda esta pandemia para volver a Dios, al Principio, y darle así a nuestra vida un verdadero y profundo sentido, lejos de la banalidad, efímera y fugaz, en la que hemos caído, para elegir entonces la verdadera felicidad que sólo se logra cuando experimentamos en nuestro interior la paz que proporciona la satisfacción del deber cumplido, a partir de acciones de amor y perdón, que nos permiten conquistar la verdadera libertad , dejando atrás las esclavitudes que nos atan a idolatrías como podrían ser la búsqueda de riqueza.., de poder.., a costa de lo que sea. Y que haciendo un mejor uso de nuestra libertad interior aprendamos a “elegir” la verdadera trascendencia, inscrita en el amor, para que cuando lleguemos al final de nuestros días podamos decir… “Gracias Señor, ha valido la pena”……Este es un tiempo propicio para aprender a vivir en la inmanencia, con los pies bien puestos en la tierra pero.., con nuestros ojos colocados en la verdadera trascendencia.
Los tiempos de crisis también son tiempos de oportunidad para replantearnos nuestro modo de vida y salir entonces fortalecidos, siendo mejores personas.., mejores familias.., para construir entre todos una mejor sociedad a heredar a las futuras generaciones. Aprovechemos pues la contingencia sanitaria para empezar a construir un México solidario, en el cual todos y cada uno de nosotros busquemos el bien común, renunciando al individualismo, para entonces optar por la solidaridad en búsqueda del bien mayor, que es el bien común, cuya acepción general alude a aquello que puede ser aprovechado o utilizado por todas las personas.
Y….Hasta la próxima, querido(a) lector(a)!!!
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