Con profundo agradecimiento, Félix Parra Aguilera, concertino de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), recibió la Presea Estado de México 2019, en la modalidad de Artes y Letras “Sor Juana Inés de la Cruz”.
Redacción
A sus 66 años de edad, y con casi 50 años de ser parte de la institución musical más importante en la entidad, Parra Aguilera expresó que el reconocimiento llega en un buen momento para él ya que continúa trabajando en lo que es su pasión.
“Es muy significativo, he recibido algunos premios y sin hacer a un lado ninguno de ellos, la Presea Estado de México es algo muy importante, me llega en un momento de mi vida en el que afortunadamente estoy en activo y viene a enriquecer mi carrera.
“Representa un orgullo para mí, pero también un compromiso de no perderme en el camino, lo que tenemos que hacer es ver hacia adelante y no dejarse caer. Este año cumplo 49 años de estar con la Orquesta Sinfónica, soy miembro fundador y tengo 37 años de concertino”, comentó.
Para el violinista mexiquense, su padre fue pieza fundamental en el gusto por el violín y fue su primer y más importante maestro, quien lo supo guiar.
“Tuve el violín conmigo desde los seis años, mi padre, que fue un hombre muy visionario, se dio cuenta de que me gustaba el violín y con todo el cuidado del mundo me enseñó todo lo relacionado al violín, como el solfeo y la armonía y es así que a los casi nueve años di mi primer recital en la Sala Chopin, en la Ciudad de México”.
Más tarde, Félix Parra entró a la Escuela Libre de Música “José F. Vázquez”, pero ya con un camino hecho en la cuestión musical del violín sobre todo en la parte teórica, sin embargo, destacados violinistas mexicanos y extranjeros contribuyeron a su formación académica.
“Estudié con otros maestros muy profesionales, en México trabajé con Luis Guzmán, Serafini y Luis G. Saloma, por mencionar algunos. Del extranjero, el checoslovaco Roberto Vasca, el maestro Henryk Szeryng, me marcó cuando lo conocí, con él llevé a cabo mis estudios de violín a su más alto nivel, no sólo profesional sino artístico. El caso de Ruggiero Richi también fue un gran virtuoso, especialista en la música de Paganini y fue muy importante, Szymsia Bajour, violinista argentino y con quien logré un acercamiento musical muy importante, fueron muchos con quienes tuve la oportunidad de probar y sacar de ellos lo mejor”.
Estudió por seis años aproximadamente en el Conservatorio Nacional de Música y, poco después, logró ingresar a las filas de la Orquesta Sinfónica del Estado de México, aventura que sigue disfrutando.
“Después de salir del Conservatorio Nacional, en el año de 1970, se hicieron las audiciones en la OSEM y logré pasar la audición, cerca de dos meses de que inició la Orquesta, me incorporé a la misma, llegué a los 16 años a Toluca y hasta la fecha es la mejor aventura de mi vida".
(Foto: Especial Portal)
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