2020-03-25-cantar-las-cuarenta-14

Cantar las Cuarenta 15

Barajeando: Es la hora en la que todos los mexicanos desearíamos tener, aunque fuera de pulso, un reloj de bolsillo como el que pendía de la leontina de Abraham Lincoln...él nunca se enteró, pero cuando su relojero de confianza abrió la joya que  había usado hasta su muerte, encontró dos leyendas grabadas, una de ellas decía: “Gracias a Dios que tenemos Gobierno; para nuestro infortunio, si acaso tendremos reloj, pero no un gobierno a la altura de los tiempos. 

Don Dámaso  

Por más que ajustemos las manecillas con la corona de nuestro reloj, el Coronavirus tiene sus tiempos, el gobierno los suyos y los mexicanos los nuestros; ¿Cómo podríamos alinearlos?. 

Controlar el avance de la Pandemia en el mundo, está fuera de nuestro alcance; podemos seguir alzando las voces como la de Thalia, cuyo misil en redes sociales pegó en la banda de flotación de la 4T, aplaudir las posturas de nuestros gobernantes a nivel estatal Alfredo del Mazo y a nivel municipal Juan Rodolfo Sánchez, quienes han sido firmes, serios, sensibles y congruentes al anunciar, sendas estrategias desplegadas recientemente; y también, reconocer como Claudia Sheinbaum, le “plantó cara a su líder moral AMLO, corrigiéndole la plana y su discurso de no pasa nada, aquí tengo mis “estampitas”. Mientras la primera, invitaba a tomar en serio la Pandemia y a no salir de sus casas, el segundo, invitaba a seguir saliendo con toda normalidad como si no estuviera pasando nada extraordinario en el mundo. 

Vaya paradoja: AMLO se resistía a escuchar a las mujeres y ahora tuvo que escuchar a dos: una, la más cercana políticamente hablando, Claudia Scheinbaum, Jefa de Gobierno de la CDMX y la otra, muy distante y alejada de las “intrigas palaciegas y de los intereses mezquinos, pero solidaria con su país, la famosa cantante Thalia

Cuanta razón tuvo Lincoln al sentenciar: Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo. 

¿A nosotros que nos corresponde hacer? En principio lo que han hecho los italianos, “salir al balcón” tomar aire fresco para analizar a distancia el panorama y hacer conciencia de en manos de quien estamos. 

Es tiempo de filosofar para intentar poner orden en el caos y como le dijo el pensador español Santiago Alba Rico, en al periódico El País: - El conocimiento como contrapunto al azar y el miedo. Así que ante esta gran “Epifanía de la contingencia, la mejor arma parece ser la razón. “No hay que olvidar que atravesamos un peligroso periodo de desdemocratización y auge de los populismos. Se entiende que el estado de alarma es necesario, pero hay que tener cuidado porque esta situación puede enardecer esa tendencia. Podemos aprovechar el parón para revisar con calma nuestro modelo social o, por el contrario, dejarnos llevar por el ardor del momento y acabar como la República de Weimar, advierte Alba Rico, recordando el ascenso de Hitler en Alemania-. 

Es algo aleccionador en estos tiempos de nuevos autoritarismos y de descrédito de la vida democrática. Ideal y realidad pueden ser vasos comunicantes como contrapesos de las utopías nocivas que fermentan cuando la política se convierte en un chapoteo de intereses parciales. Una casa dividida contra sí misma no puede sostenerse. 

Para quienes a pesar de que tenemos reloj y conciencia de los tiempos de esta situación inédita, no estamos en el radar de su estrategia “clientelar”, debemos asumir nuestro rol de gestores de crisis en nuestro entorno, en células de lugares comunes con cercos sanitarios para que, nos permitan identificar el momento y el sujeto que ha sido infectado. 

La regla de Ockham dice: “Cuando nos encontramos ante un problema, la explicación más simple suele ser la correcta. 

Los gestores de crisis deberán poner en practica sus habilidades para captar todos los ángulos de la contingencia y asumir el control para mantener la calma en el grupo y a través de “solucionólogos” y no los “problemólogos” como decía Quino, minimizar riesgos e impedir el efecto dominó en nuestros círculos de influencia. 

Habrá quienes a falta de reloj tengan “estampitas de detente”; será su decisión, pero también habremos de identificarlos, para evitar ser parte de las noticias que hoy, nos retratan en el mundo como irresponsables. 

 Foto: Esteban Lopez en Unsplash


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