2020-02-24-cantar-las-cuarenta-7

Cantar las Cuarenta 18

Reyna de Corazones: ¿A dónde se dirige México? ¿En que momento el crimen y el odio se hicieron algo cotidiano? Fueron  algunas de las preguntas que lanzó en tono enérgico, emotivo e imperativo justo como debe ser cuando un legislador federal hace uso de la  máxima tribuna del país, la Diputada Federal mexiquense Laura Barrera Fortoul. “Esto no es de colores, de partidos o de culpas”. 

Don Dámaso

Pero no se trató de una mujer quejándose, más bien, de una valiente ejerciendo responsablemente su encargo social, sin miedo, criticando las actitudes ligeras de un gobierno que, como el “Titanic”, no atiende ni mucho menos entiende los instrumentos de navegación que tiene a su alcance para evitar la colisión contra un iceberg que lo lleve a pique. No confundir crítica con queja. La diferencia entre la queja y la crítica constructiva es la intención: la queja no moviliza a la acción, la crítica anima a buscar soluciones, anima a la acción. Y ahí radica la substancia del discurso en defensa de las mujeres, se requieren soluciones estratégicas derivadas de políticas públicas sensatas y serias, no solo “cachitos”de justicia como aseveró la legisladora federal. 

Laura, segura de sí misma y con aplomo, le plantó cara al gobierno que encabeza López Obrador, a quien el diario español el País apenas le recetó una editorial titulada: López Obrador y los feminicidios en donde lo calificó de “un ignorante en las materias de feminismo y violencia de género. 

Como era obvio, ello molestó mucho a AMLO, quien además, se asume como el dueño de las “franquicias” de las marchas y protestas masivas, criticando acremente a quienes osen llevar a cabo dichas prácticas propias de un régimen libre y democrático. Al respecto, en la misma editorial le recordaron: “No dejan de sorprender, asimismo, las repetidas menciones al gamberrismo y las pintadas a algunas estatuas que un puñado de mujeres ejerce en las manifestaciones, algo que ocurre incluso en países que no se desayunan con un rosario de crímenes. Insistir sobre ello en cada conferencia es desenfocar el problema. Olvida López Obrador que en su pasado de lucha en la calle, del que se enorgullece a menudo, se recurrió a cierta rudeza para que ahora se inquiete por unos esprays de colores. 

Quisimos puntualizar para usted el contenido de la editorial: 

  • “La violencia de género en México es un problema de tal magnitud que necesita una estrategia integral con carácter urgente”.  
  • “...El Gobierno debe reaccionar de inmediato con medidas efectivas que atajen esta sangría. Pero el presidente del Gobierno se limita a expresar “con toda el alma” su “deseo de que se reduzca la violencia y que no se agreda a las mujeres”. El clamor de los ciudadanos pidiendo al Gobierno que actúe es abrumador”. 
  • Todo lo que ha ofrecido en sus “mañaneras” ha sido un catálogo de ignorancia sobre la violencia de género, un asunto harto estudiado y donde es fácil fijarse en la experiencia de otros países más avanzados en esta materia.  
  • “El presidente se empeña en imponer su teoría política abstracta sobre un asunto de perfiles muy concretos”.  
  • “La condescendencia con la que ha respondido a las graves preguntas sobre feminicidios formuladas por las periodistas develan a un mandatario que no acaba de comprender el espinoso asunto que tiene entre manos”. 
  • “Especialmente frívolas suenan las palabras de López Obrador cuando se mete en el barro partidista para argumentar que los feminicidios tienen que ver con el clima de violencia general y este, con el pasado que gobernaron sus adversarios políticos. O con la corrupción. O con los valores. O con la pobreza”.  
  • “Parece desconocer que la violencia de género debe disponer de una estrategia inequívoca, como recomiendan los expertos, y que debe abordarse de forma integral y transversal, aunque con políticas propias”.  
  • “Ante la insistencia de las feministas para que envíe un mensaje especial contra los crímenes machistas, el mandatario recitó un sonrojante decálogo improvisado en una de sus mañaneras, en ocasiones rayando en lo patético”. 
  • “¿Quién confiaría en un dirigente que hiciera ostentación de tal ignorancia en otras materias como la que manifiesta en feminismo y violencia de género? Pero eso se arregla con una semana de cursillo intensivo. “No tengo problemas de conciencia”, repite López Obrador. En efecto, no es un problema de conciencia, sino de formación y conocimientos”. 

Concluyo con una frase de  Ryszard Kapuscinski“Detrás de cualquier prejuicio y estereotipo se esconden el miedo y la ignorancia”. 

Foto: Esteban Lopez en Unsplash


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Nacional
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