2020-02-17-divide-y-venceras

Divide y vencerás

La Onda Plana 

Hace unos días el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México, el CONACyT, organizó un conversatorio al que dio el desafortunado título de: “¿Autoritarismo neoliberal o democracia democratizante?: la disputa por el futuro”, en el que la grotesca redundancia es, por supuesto, de suyo ya muy vergonzante. El rubro, que se delata de inmediato como un vulgar slogan propagandístico, retrata fielmente el superlativo grado de confusión y rencor que guía la actuación de María Elena Álvarez-Buylla Roces, actual directora general de este organismo público. 

Eric Rosas 

El conversatorio, más propio de una extrema parcialidad anarquista que de una comitiva de servidores públicos encargada de velar por el fomento del desarrollo científico y tecnológico en México, terminó por convertirse – como era de esperarse – en un mitin orientado a inocular en las mentes de los más frágiles, la disonante idea de que la generación del conocimiento tiene intereses políticos y electorales, por supuesto, abusando de la indefensión de un auditorio muy poco conocedor de la naturaleza de la actividad científica, pero eso sí, profundamente adoctrinado en favor de estas ideas absurdas de Álvarez-Buylla. 

Pero fuera de esos supuestos enemigos que nada más en la imaginación de la directora general del CONACyT atentan en contra la ciencia en nuestro país, lo que verdaderamente está afectando al sistema nacional de generación del conocimiento, es su obstinación por instaurar en la dependencia un autoritarismo que coarte la libertad de pensamiento y la subyugue a su particular forma de pensar. Delirio que se acompaña con cada vez más frecuentes atentados en contra de la diversidad del raciocinio y con la flagrante e impune violación de la ley. Tan sólo durante la pasada semana se perpetraron dos atropellos contra la legalidad. 

En un caso, el pasado 10 de febrero el Consejo de Aprobación del Sistema Nacional de Investigadores dependiente del CONACyT, llevó a cabo su primera sesión ordinaria del año en la que tomó acuerdos que posteriormente fueron desconocidos por los tres miembros investigadores de dicho consejo. Los representantes de los investigadores denunciaron que no habían sido convocados a dicha sesión y aclararon que desconocían el orden del día y el contenido de la minuta aprobada.  

En el otro, sucedido el viernes 14 de febrero, la directora general del CONACyT anunció mediante un tuit que posteriormente borró, la realización de la también primera sesión ordinaria del 2020 de la Mesa Directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, FCCyT. En el texto agradeció la participación de los integrantes del FCCyT en el establecimiento de las pautas para el anteproyecto de la Ley General de Ciencia y Tecnología, y acompañó el texto con un par de fotografías en las que resulta notoria la ausencia de Julia Tagüeña Parga, actual directora del FCCyT. 

Ambas acciones evidencian la forma de actuar de la directora general del CONACyT y que difícilmente se encuadra en el respeto a la legalidad establecida. Además, con la maquiavélica estrategia de dividir al gremio científico del país, para con ello imponer más fácilmente su exclusiva voluntad e ideología política, por ejemplo, a través del diseño de una nueva Ley General de Ciencia y Tecnología a modo, en la que seguramente buscará satanizar “legalmente” a todos esos enemigos imaginarios que ha construido, quizá obedeciendo órdenes supremas.     

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 

(Foto: Thanh Tran en Unsplash)


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Nacional
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