Con el reciente aumento a la tarifa del transporte público del Estado de México, la población que utiliza este medio de transporte empezó a cuestionar su efectividad, pues el servicio que brinda es el más deficiente en el país además de ser costoso, nocivo para el medio ambiente y contar con la total reprobación de los usuarios.
Selina Peña/Leila Vargas
Es por lo que, la preocupación por una infraestructura sostenible debe ser una prioridad para las ciudades, y en el caso particular de Toluca, es necesario un cambio que permita una mejora sustancial en la manera de desplazarse. Problemas como energía, emisiones de CO2 (al ser el principal generador de estos gases), reestructuración de vialidades, así como la apuesta a otros medios de transporte resultan ser clave para esta ciudad en crecimiento.
El transporte público actual genera emisiones de gases que son causantes del efecto invernadero, además de no representar una planeación efectiva, pues la duración de los trayectos no es la mejor, aunado a las condiciones en las que se encuentran las unidades. Cabe señalar que una infraestructura de transporte debe estar pensada en el crecimiento de la ciudad, es decir, debe prever el desarrollo urbano y el clima durante décadas.
Con el paso del tiempo han surgido alternativas para disminuir la huella ecológica y mejorar la movilidad de las ciudades a través de programas y políticas efectivas, una de estas apuestas son los peajes urbanos creados con el fin de disminuir la carga vehicular en horarios y vialidades específicas.
Por otro lado, una manera de lograr movilidad urbana sostenible está en el uso de la bicicleta, misma que en la actualidad es usada por 2500 millones de usuarios a nivel mundial y que es considerada uno de los mejores vehículos de movilidad urbana sostenible.
En el caso específico de la ciudad de Toluca, el uso de bicicleta ha ido más allá del gusto por practicar la actividad, se trata de una acción orillada, en la mayoría de los casos, por temas económicos o de ahorro de tiempo.
En este municipio los ciclistas diarios se enfrentan a dificultades técnicas, climáticas y sobre todo retos que atentan en contra de su vida misma al no contar con infraestructura en ciclo pistas y educación vial a su favor, en su mayoría, estos ciclistas vienen de colonias como San Pablo Autopan, San Andrés Cuexcontitlán, Palmillas e incluso de otros municipios, como Xonacatlán, Calimaya u Otzolotepec.
En otros casos las bicicletas son utilizadas por generaciones jóvenes, estudiantes y trabajadores, aunque solo se les mira andar en el centro histórico de la ciudad, debido a la peligrosidad que implica usar la bicicleta más allá de vialidades como Tollocan o Torres.
Además, el uso de bicicleta está sustentado en un medio de trabajo para muchos de los usuarios, quienes las adaptan para actividades sobre todo de ventas de alimentos.
Es necesario que las ciudades apuesten por una infraestructura amigable para el uso de bicicletas, que proporcione vialidades y señalizaciones necesarias para promover su uso, además este medio de transporte mejora la calidad de vida al aumentar la actividad física de los habitantes de la ciudad. Asimismo, reduce la contaminación, reduce el ruido y los problemas de tráfico.
(Foto: José Gómez)
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